Corría el año 2009 cuando el Ayuntamiento de Reus – entonces gobernado por el tripartito PSC-ERC-ICV– acordaba con la Generalitat de Catalunya una nueva ayuda económica incluida dentro del Pla de Barris. La intención era llevar a cabo un ambicioso «proyecto de reforma integral de los barrios Sol-i-Vista e Immaculada» por valor de 12,38 millones de euros (a pagar a partes iguales entre el consistorio y la Generalitat). La actuación fue ratificada por el pleno municipal con la previsión de ejecutar una treintena de mejoras urbanísticas para «romper el aislamiento y el riesgo de exclusión social» de los dos barrios.
Pero entonces estalló la crisis y aquellas buenas intenciones se convirtieron en una promesa envenenada. Las difíciles circunstancias económicas tanto del Ayuntamiento de Reus como de la Generalitat de Catalunya terminaron con el gobierno de Lluís Miquel Pérez dejando aparcado un proyecto que se ha ido prorrogando desde aquel 2009. [...]