Llega a Reus un ‘Fausto’ bicentenario con un toque moderno

Francesc Cerro estrena hoy una versión del clásico de Goethe, protagonizada por la actriz tortosina Belén Fabra

02 octubre 2018 09:53 | Actualizado a 03 octubre 2018 11:58
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El dramaturgo y director reusense Francesc Cerro-Ferran ha escrito su propia versión en catalán del clásico Fausto de Johann Wolfgang von Goethe, publicado hace dos siglos en dos partes: en 1808 y 1832. El estreno es esta noche a las 21.00 horas en el Teatre Fortuny, dentro del ciclo Grans Mestres. La obra está protagonizada por la tortosina Belén Fabra, Andrés Herrera y Ernest Villegas. Su interpretación estará acompañada por un audiovisual realizado por Ivó Vinuesa.

Cerro-Ferran apunta que ha confeccionado una adaptación «lo más fidedigna posible»; eso sí, condensada en una hora y media, por lo que algunos pasajes son más breves que en la pieza original. Nada importante se ha quedado fuera. «Concentra los elementos esenciales de la historia escrita por Goethe», asegura el director. «Es una versión desnuda de artificiosidad que pretende acercar de manera directa los tormentos y pasiones de tres personajes con un trasfondo muy intenso».

Crítica al poder

El Faust de Cerro-Ferran aporta «modernidad» al original, cuya moraleja se conserva intacta pese a ser de una época pretérita. «Hay determinadas partes que siguen vigentes, sobre todo cuando se refiere al poder. Dice una frase muy potente y peligrosa: ‘En una sociedad donde Dios se alía con los poderosos, el hombre no tiene más remedio que aliarse con el diablo’. Es un poco lo  que vemos hoy en día: el mundo está encaminado a facilitar las cosas a los poderosos y a oprimir a los que viven en una situación más débil y precaria», afirma el reusense.

La obra trágica de Goethe lanza una feroz crítica al poder, especialmente al político y al judicial, a los que compara con gérmenes de la corrupción, e invita al pueblo a sublevarse ante las injusticias. «Es una reflexión sobre la necesidad de revisar la Historia y sus posibles consecuencias», indica.

Dominar el tiempo

Fausto plantea un viaje trascendental, casi espiritual, por los rincones más escondidos del alma, donde placer y dolor conviven en un equilibrio inestable. Habla de la desazón de un hombre que quiere sentir, vivir, ver y conocer el tormento humano y todas emociones y sentimientos que nos hacen humanos: amor, dolor, pérdida, deseo o muerte. A ello contribuyó que el escritor alemán terminó de escribir la segunda parte el año de su fallecimiento, en 1832.

«Trata la necesidad que tiene el ser humano de dominar el tiempo, sobre todo cuando uno siente que en esta vida tiene más pasado que futuro. Es la necesidad indomable de vivir el momento, y vivirlo con todas las consecuencias posibles, tanto positivas como negativas», concluye Cerro-Ferran.
 

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