«Los ‘escape rooms’ no generamos basura y pagamos casi como un bar»

Los establecimientos de este tipo que hay en Reus reclaman que se ajuste la ordenanza a sus necesidades

04 abril 2021 17:10 | Actualizado a 05 abril 2021 05:54
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Los escape rooms (actividad en la que los jugadores tienen que conseguir escapar de una habitación tras resolver pruebas y enigmas) se han extendido por todas las ciudades, también en Reus, donde actualmente hay un total de cuatro. Se trata de un fenómeno relativamente nuevo –el primero se creó hace poco más de una década en Japón y, de allí, se ha extendido por todo el mundo–, por lo que aquellos que se animan a crear una sala de escape se encuentran con ciertas dificultades por cuestión de licencia, y es que no existe actualmente ninguna otra actividad que se equipare a sus necesidades.

«En Reus nos consideran establecimientos de espectáculos, salas de juego y establecimientos recreativos», comentan al Diari los propietarios de tres de los escape rooms de Reus. La consecuencia de ello es que, por ejemplo, se ven obligados a insonorizar todo el local «como si fuéramos una discoteca, y en realidad no hacemos ruido», comentan. Pero con lo que se muestran más indignados, y consideran que es «el colmo», es la tasa de la basura: entre 627,45 y 909,82 euros anuales, en función de la superficie del local. «Generamos más basura en casa que en el escape room», exclaman. Uno de ellos comenta que saca una bolsa de basura de 30 litros cada dos semanas. «Nuestro único residuo son las pequeñas botellas de agua que damos a la clientela», añade otro. En cambio, muestra la factura de la tasa de la basura de 2019, que asciende a un importe de 817,55 euros.

Según se detalla en la ordenanza fiscal reguladora del precio público por el servicio de recogida de residuos comerciales e industriales del Ayuntamiento de Reus, a los establecimientos de espectáculos, salas de juegos y establecimientos recreativos (donde están incluidos los escape rooms), se les cobra por prácticamente todas las fracciones residuales: rechazo, papel y cartón, envases y vidrio, prácticamente igual que supermercados, hoteles o restauración (en estos casos, la tasa varía entre los 766,89 y 1.111,99 euros anuales y se les añade la fracción orgánica).

«Lo que pedimos es buscar una fórmula que se adecue mejor a las necesidades de esta nueva actividad, como han hecho otras ciudades, como Barcelona», reclama el sector. Preguntado por esta cuestión, el concejal de Empresa, Carles Prats, asegura que desde la concejalía «tenemos las puertas abiertas para escuchar las posibles problemáticas que pueda tener este sector», con el objetivo de encontrar alguna solución.

Aun así, el sector se muestra poco esperanzado y, de hecho, admiten haber tenido tantas dificultades, tanto por iniciar la actividad como posteriormente con tasas tan elevadas como la de la basura, que aseguran que si lo tuvieran que hacer de nuevo, no harían en Reus un escape room, aunque les parece triste porque, al fin y al cabo, es su ciudad. Recuerdan, también, que en el momento de adecuar el local se les obligó a adaptarlos a la accesibilidad, «cuando no somos un establecimiento abierto al público. Por otro lado, cada sala es un mundo y tiene unas características u otras en función de la tipología y el tipo de pruebas».

Lo que destacan es que se trata de un tipo de actividad que atrae a muchísimo público: «Gente que después visita la ciudad y consumirá en bares y restaurantes. Es un mundo en el que se genera turismo de escape room, grupos de familiares o amigos que se van de vacaciones y van a todos los escape rooms de la zona. Tiene mucho potencial», subrayan.

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