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Quizá nadie era consciente del peligro potencial que corrían. Nadie intuía que estar cerca del número 30 quizá podía terminar con su vida. Así que tras las primeras carreras intuitivas para alejarse del ruido, la gente ha vuelto al origen del estruendo a curiosear peligrosamente cerca de la nube de polvo blanco que salía de ese portal.
El vídeo demuestra que los minutos posteriores a las 17.25 horas, momento en que ha empezado ha hundirse dos de las tres plantas de este inmueble, la gente ha pasado por delante inconsciente del peligro potencial que conlleva un hundimiento de una casa de cuatro plantas, incluyendo la planta baja.
Los peatones graban, hacen fotos y algunos, ante la intuición que algo grave pueda suceder, llaman al 112 para alertar lo ocurrido. Las llamadas entran a las 17.27 horas y se activan todos los protocolos de emergencia: Bombers, SEM, Mossos, Guàrdia Urbana.
La gente parece reírse de la neblina de polvo de cemento y yeso que flota en el ambiente de la calle Monterols sin saber que detrás de la fachada de la vivienda dos plantas se han venido abajo y por casualidades de la vida, nadie ha quedado sepultado en ellas.
Cuando los coches de Bombers, de Mossos, SEM y la Guàrdia Urbana empiezan a poblar la plaza Prim; cuando se acordona la zona y se crea un perímetro de seguridad. Y cuando alguien intuye que quizá pueda haber heridos o muertos (cosa que al final no sucede), es cuando la gente es consciente de que la calle no es segura y que el peligro era muy real cuando se paseaba entre medio de la neblina.
