Lo pillan hablando por el móvil al volante en Reus y denuncia que le han robado el coche

Los Mossos d’Esquadra han estado nueve meses investigando y reuniendo pruebas

25 agosto 2020 07:43 | Actualizado a 28 agosto 2020 07:47
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Lo que inicialmente era un acción de conducir hablando por el teléfono móvil, que comportaba una multa administrativa y otra penal, ha terminado siendo un caso que llegará a juicio. El acusado se enfrenta ahora a tres delitos y a pagar dos multas. Y todo ello en medio de mentiras e incluso implicando a su padre en toda esta trama y cuya investigación de los Mossos d’Esquadra ha llevado nueve meses. Los investigadores han cerrado ahora el asunto y lo han remitido al Juzgado de Guardia de Reus.

Esta truculenta historia se remonta a las 11.40 horas del 29 de octubre de 2019. Un turismo Peugeot 206 estaba circulando por la autovía T-11 a su paso por el término municipal de Reus, sentido Falset. Una patrulla de Trànsit de los Mossos d’Esquadra que iba en moto observó que el conductor del coche estaba hablando por el teléfono móvil. Los agentes le hicieron señales para que parase. Pero el infractor, lejos de detenerse, hizo caso omiso y aceleró a gran velocidad, dándose a la fuga. 

Los policías comenzaron una persecución del vehículo, aunque le perdieron en el interior de un polígono industrial. Pero uno de los agentes –un subinspector– se quedó con la descripción física del conductor. Le llamó la atención la complexión pero principalmente de un detalle de una pieza que llevaba, no tanto de su ropa: una pulsera.

Cogiendo aceitunas

Los agentes, a través de la matrícula del vehículo, lograron averiguar al dueño del mismo, un hombre de 30 años, vecino de Mont-roig del Camp y de nacionalidad española. Hablaron con él y dijo que no sabía nada, y que se encontraba en una finca. La patrulla se desplazó hasta una explotación agrícola de Les Borges del Camp. Y allí estaba, en un campo de olivos.

El hombre dijo a los agentes que no sabía nada del vehículo, porque había permanecido toda la mañana recogiendo aceitunas. Pero el subinspector se fijó en que su complexión física era idéntica al del conductor pillado. Sí que se había cambiado de ropa pero incluso llevaba... la misma pulsera. Pero sólo eran indicios. No había una base legal para imputarle los hechos.

Incluso los agentes acompañaron al hombre hasta Vila-seca, porque creía que podría estar el vehículo. Según él, era donde lo había aparcado por última vez. Pero al ver que no estaba, la patrulla lo acompañó hasta la comisaría de Campclar, donde a las tres de la tarde presentó la denuncia por la sustracción de su coche. Allí ya se le advirtió de las consecuencias que tenía presentar una denuncia falsa o simular un delito, según los artículos 456 y 457 del Código Penal. Y ello porque a los agentes ya no les cuadraba aquella historia.

Pasan los meses y el 21 de febrero de este año un hombre llamó a la Guàrdia Urbana de Reus. Dijo que cuando paseaba por el Polígon Agroreus había encontrado un vehículo con síntomas de abandono. El lugar estaba cerca de donde los Mossos habían perdido al infractor. 
Una patrulla se desplazó al lugar y comprobó que el vehículo no presentaba evidencias de haber sido forzado, ni la cerradura ni la llave de contacto. Sí que tenía el retrovisor roto. La Guàrdia Urbana comunicó el hallazgo al dueño, quien a las seis de la tarde se presentó en las dependencias policiales y retiró su coche. Ya les dijo a los agentes que había presentado denuncia, pero que había sido su padre quien lo había movido de lugar, por lo que no se lo habían robado.

El 11 de junio, cuando los Mossos desconocían que había sido recuperado el coche, el hombre identificó a su padre como el conductor que había hecho la infracción.

Mientras, los agentes de la Unitat d’Investigació de la comisaría de Mossos de Reus tenían abierta la investigación por el supuesto robo del vehículo. Y cuando se le tomó declaración, aseguró que solo él tenía llaves del coche y que estas estaban en su casa. Finalmente fue imputado y se negó a declarar en comisaría.

Finalmente, ha sido imputado penalmente por tres delitos: simulación de delito, conducir con el carnet retirado por pérdida de puntos y conducción temeraria –si es absuelto de este delito, por vía administrativa le multarán con 600 euros y seis puntos menos–. Y también tendrá que pagar dos multas hablar por el móvil conduciendo –200 euros y tres puntos menos– y desobediencia a las órdenes de los agentes –200 euros y cuatro puntos–.

Comentarios
Multimedia Diari