Un trabajador que puso una cámara para grabar imágenes del interior de los lavabos de uno de los comercios del centro comercial La Fira, de Reus, no logró su propósito porque fue descubierto en plena instalación.
Ahora, el fiscal pide, en su escrito de acusación, un año de prisión y el pago de una multa de 2.100 euros por un delito de descubrimiento de secretos en grado de tentativa.
Además, el Ministerio Público solicita también una orden de alejamiento respecto al trabajador que lo descubrió, para que no pueda comunicarse con él ni acercarse a menos de 500 metros durante dos años. El juicio por este caso llegará a uno de los dos Juzgados de lo Penal de Reus.
El acusado es un ciudadano español sin antecedentes penales. El 16 de septiembre del año pasado colocó una minicámara en el interior del dispensador de papel del cuarto de baño mixto dedicado exclusivamente a su uso por parte de los trabajadores de una tienda de ropa del centro comercial.
La minicámara llevaba una tarjeta microSD, que podía registrar imágenes de sus compañeros de trabajo sin su consentimiento.