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La icónica plaza del Mercadal de Reus ha sido objeto de un robo: uno de los adoquines –colocado a mediados del siglo XIX– ha desaparecido. Los hechos sucedieron la madrugada de viernes a sábado de la semana pasada y, más concretamente, a las 01.40 horas del 5 de junio. Fue a esa hora que un grupo de seis personas, presumiblemente jóvenes, arrancaron la piedra del suelo. Seguramente utilizaron herramientas, dado que todos los adoquines de la plaza están bien anclados al suelo. Uno de los autores del robo escondió la piedra debajo de la camiseta y se fueron del lugar, dejando en el suelo un agujero.
Lo sucedido ha levantado todas las alarmas. «Jamás se había producido nada parecido. ¡Se han traspasado todos los límites!», exclamaba este mediodía el alcalde de Reus, Carles Pellicer, visiblemente enfadado. Recuerda que el objeto robado es «patrimonio protegido» y «afecta a la sensibilidad de los reusenses». Ante todo, lo que el alcalde pide es que el adoquín sea devuelto a la ciudad en un plazo fijado: antes del próximo lunes. También ha indicado dónde tiene que depositarse: «Que quien la haya robado, la deje en algún centro de culto de la ciudad y no habrá represalias», ha aclarado Pellicer en un encuentro con los medios de comunicación.
Si esto no sucediera, y el lunes el adoquín siguiera desaparecido, el Ayuntamiento de Reus tomaría medidas contundentes. De entrada, el alcalde señala que tienen las imágenes del momento del robo y de las seis personas. Y es que en el edificio consistorial hay una cámara instalada que graba la plaza del Mercadal 24 horas al día. Guàrdia Urbana es conocedora de los hechos y está en proceso de identificación de los individuos. De no aparecer la piedra, se seguiría en esta identificación. «Hay elementos suficientes», detalla Pellicer, que añade: «Y haremos lo que tengamos que hacer», sin especificar acciones concretas.
Por ahora, no se ha optado por interponer denuncia ante los Mossos d’Esquadra, dejando margen hasta el lunes a los ladrones para devolver lo robado. Tampoco se ha procedido a reponer el adoquín, «porque lo que queremos es la piedra original. Es el patrimonio de todos, parte de nuestra identidad», exclamó Carles Pellicer, que añadió: «Desconozco la finalidad de este acto, de si es una gamberrada o de si es otra cosa, pero creo que no son conscientes de lo que han hecho». Aun así, detalla que se está realizando una búsqueda a través de las redes sociales e investigando para intentar averiguar si hay testimonios, más allá de las imágenes grabadas por la cámara.
Más allá de la parte más sentimental e identitaria, el agujero que ha quedado también representa un peligro. De hecho, Pellicer admite que tuvieron constancia de lo sucedido después que una persona cayera por culpa del hoyo, grande como un pie y algo profundo. Posteriormente, se procedió a colocar una valla para evitar que nadie más se hiciera daño, pero sin recolocar ninguna piedra a la espera de la original.
