Un referente colectivo más necesario que nunca

Desembarco americano Salvar un elemento de cohesión ciudadana tan poderoso como el CF Reus es primordial en estos tiempos de división

27 enero 2019 15:14 | Actualizado a 27 enero 2019 15:20
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Cuentan los viejos del lugar, que cuando pasabas por delante de la antigua Sala Reus podías saber lo que sucedía en la pantalla por el rumor que salía del vetusto cine del raval de Santa Anna. Así, cuando llegaba la caballería americana para salvar a los buenos, los espectadores lo celebraban con un ruidoso pataleo, alboroto sólo superado por el griterío que provocaba el beso de los protagonistas. El cine y el fútbol, aún más proclive al jaleo, eran las dos válvulas de escape de la ciudadanía en aquellos tiempos. Que los americanos llegasen para salvar a un equipo de fútbol no era un guión imaginable, ni entonces ni ahora, pero la realidad siempre supera a la ficción. 

Pocas noticias han tenido tanto impacto ciudadano como el agónico vía crucis del CF Reus en pos de la supervivencia. Una película con tintes de epopeya en lo deportivo, con el equipo manteniéndose a flote contra toda lógica a tenor del carrusel de calamidades que ha soportado, y de thriller en lo institucional, con la venta en el último suspiro tras una operación fraguada a contrarreloj. Y, como en las mejores series, el desenlace abre otro capítulo tanto o más electrizante y de final igualmente imprevisible.

No tengo ni idea de cómo acabará la aventura de Russell Platt y Clifton Onolfo en Reus, porque es un proyecto tan ambicioso como lleno de incertidumbres, tanto en lo deportivo como en lo inmobiliario. Por lo pronto, son dos inversores con experiencia contrastada en el mundo de los negocios y se juegan su dinero en el envite, y eso no debe asustar a nadie porque el fútbol profesional es un negocio operado por sociedades anónimas cuyo primer requisito es la viabilidad económica. 

La empresa con la que han comprado el CF Reus, US Real State Investment, deja bien claro de qué va el asunto: real state es un término anglosajón que puede traducirse por propiedad o bienes raíces y que se utiliza universalmente para referirse al mercado inmobiliario en sentido amplio. Es evidente, por lo tanto, que sus intereses en este sector van indisolublemente unidos  a los deportivos. En sus dos primeros comunicado ya anunciaron la intención inicial de construir un centro comercial y un hotel, además de un nuevo estadio, modelo del que ya existen precedentes en el fútbol español. Será apasionante ver cómo se sustancia todo esto. 

En cualquier caso, opino que el desembarco de Platt y los hermanos Onolfo al rescate de la entidad es una muy buena noticia, porque el CF Reus se ha convertido en un valor que no podemos perder. Y no me refiero sólo al gran trabajo de fomento del fútbol base que desde hace años hay detrás del primer equipo, al papel del club como referente colectivo que refuerza y expande los lazos de pertenencia a la comunidad o su contribución a la promoción de la ciudad.

Pienso muy especialmente en su función de contrapeso a la fractura y la división que genera el conflicto político en el que estamos inmersos. Preservar elementos de cohesión cívica es vital en estos tiempos convulsos y en los que están por venir. Y creo que así lo han entendido la mayoría de aficionados que acuden al campo o se expresan en las redes sociales, cuando prefieren no mezclar los colores políticos con los colores rojinegros. 

El ascenso a Segunda División ha sido el acicate para que muchos aficionados recuperen al Reus y las nuevas generaciones lo hagan suyo. Y ahora el drama de abalanzarse al borde del abismo ha despertado a muchos otros. Más allá de cómo acabe toda esta odisea, quienes han trabajado para materializar el milagro de la salvación merecen nuestro reconocimiento. Y en eso el concejal de Deportes, Jordi Cervera, ha tenido mucho que ver, igual que todos los que han sostenido al club contra viento y marea. 

De momento, el alboroto provocado por la llegada de los americanos al rescate se ha oído no sólo en todo Reus, sino también en medio mundo.

Estadio y mucho más
Gestión británica para el proyecto inmobiliario
Pese que la concesión del Estadi Municipal a la Sociedad Anónima Deportiva CF Reus Deportiu sigue en ‘stand by’ a raíz del colapso económico que ha puesto fin a la etapa Oliver, los nuevos propietarios americanos anuncian que entre sus planes inmediatos está «reunirse con los funcionarios de la ciudad en relación con el estadio y las opciones de uso mixto de los terrenos».
El nuevo consejo directivo comunicó tras su primera reunión que espera «recibir formalmente la invitación para construir un estadio y un complejo hotelero y de tiendas de uso mixto» y abrió el concurso de ideas para el diseño arquitectónico «de un complejo de estadios de estilo gaudiniano, 18.000 asientos, tiendas, restaurantes, espacio para hoteles de convenciones y un escenario permanente para conciertos». Un proyecto que pilotará desde Londres Russell Platt y que será canalizado a través de Global Cities Capital, la consultora angloamerica especializada en gestión y asesoramiento de inversiones inmobiliarias que comandan Onolfo y Platt.

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