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Los vecinos de los bloques de viviendas de la plaza de la Cultura de la Pau han impulsado una entidad vecinal. Lo han hecho con el principal objetivo de acabar con el incivismo que sufren en el entorno desde hace ya cinco años. Estos aseguran que la plaza, en la que hay una zona de ocio para niños, amanecía destrozada y sucia y que incluso, en más de una ocasión, con material urbano roto. Un vandalismo que, destacan, aumentó exponencialmente a raíz de las restricciones de ocio decretaras para frenar la pandemia del coronavirus.
«Día sí día también, desde las 16:30 horas de la tarde, un grupo de jóvenes quedaban en la plaza. Bebían alcohol, gritaban, organizaban grandes partidos de fútbol y lo dejaban todo destrozado», explica Víctor Muñoz, presidente de la Associació de Veïns Cultura de la Pau. Según detalla, durante la pandemia las reuniones se hicieron cada vez más multitudinarias, llegando a alcanzar la cuarentena de personas: «Se apoderaron de la plaza, creían que era suya y hacían lo que querían».
Alguno de los episodios más curiosos que recuerdan son, por un lado, la noche que los jóvenes aparecieron con guantes de boxeo y se prepararon una pelea. Por otro, el día que dos de ellos escalaron a través de las vallas que cierran el gimnasio hasta los balcones de un primer piso de una vivienda particular (escena de la fotografía) para recuperar un balón. «Ya no solo se trata de lo que este chico pueda llegar a hacer en la azotea del particular, también se enfilan a los techos del Telepizza y algún día podrían caerse y hacerse daño», señala el presidente de la entidad.
«Cada día que bajábamos nos encontrábamos algo distinto», explica Marcos Villa, tesorero de la nueva entidad vecinal: el columpio roto, las cristaleras de un negocio de la plaza destrozada, restos de botellas de alcohol por toda la plaza e incluso restos de basura esparcidos.
En reiteradas ocasiones los vecinos denunciaron la problemática de forma particular y continuamente estaban llamando a la Guàrdia Urbana para que interviniera. «Sin embargo no daba resultado, nos sentíamos bastante ignorados y necesitábamos una actuación más contundente, por eso impulsamos la asociación», explica Muñoz.
Notable mejora
Con la entidad impulsada, el reclamo cogió músculo y la mejora se notó, incluso, desde poco antes de formalizar la asociación. Así lo aseguran los miembros de la junta de la AAVV la Cultura de la Pau, que indican que se reunieron con la concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Reus, Dolors Vázquez con quien, junto al sub cabo de la Guàrdia Urbana, hablaron sobre el tema. Posteriormente, y una vez ya oficializada, también han hablado con la concejal de Relacions Cíviques Montserrat Caelles.
«Desde entonces la Guàrdia Urbana ha hecho un gran trabajo. Se presentaron varias tardes para sancionar e identificar a los jóvenes conflictivos y esto ha hecho reducir mucho su afluencia», reconoce el presidente vecinal que celebra el cambio que ha vivido la plaza. «Hemos recuperado el ambiente familiar, hacía mucho que no veíamos niños jugando en esta plaza, en un entorno más tranquilo y seguro», celebra Muñoz que explica que, además han logrado renovar el material urbano destrozado y borrar la mayoría de las pintadas que había en las fachadas.
En el poco menos de un mes que lleva en funcionamiento, la Associació de Veïns Cultura de la Pau ha logrado extenderse más allá de la plaza y también incluye el área de la calle Sor Lluïsa Estivill, Pau Font de Rubinat y el Camí de Riudoms. En esas calles también sufren las consecuencias del incivismo y, al conocer el impulso de esta entidad, muchos se han interesado a unirse para intentar solventar el problema. «Más de 300 viviendas ya forman parte de la entidad», explica el tesorero Marcos Villa. Esta, también la forman Josep Margalef y Rafael Fernández como vocales y José Pizzaro como secretario.
Por otro lado, la tercera fase del plan de videovigilancia de Reus contempla instalar cámaras en la plaza de la Cultura de la Pau entre otras ubicaciones. Algo que, por parte del vecindario es aplaudido «mientras no suponga perder la presencia policial actual».
