«Por las noches no puedo dormir. Es un dolor constante, que no se va nunca. No aguantaré nueve meses más así». Estas son las palabras de desesperación de Fernando Tormo, un vecino de Miami Platja de 71 años que sufre una importante lesión en el hombro izquierdo. El dolor no le deja hacer vida normal y el médico le ha dado cita para la clínica del dolor del Hospital Sant Joan de Reus en febrero de 2020. Actualmente, el paciente espera la visita de su médico para valorar si es necesaria la operación.
La historia de Tormo empieza hace unos ocho meses, cuando acudió a su CAP de referencia, en Miami Platja, con un fuerte dolor en el hombro. Primero se equivocaron en el diagnóstico y le recetaron unos medicamentos que no tuvieron ningún efecto. Después de unos meses, de cambiar de doctor y de una resonancia magnética muy oportuna, le comunicaron que sufría una rotura en el hombro izquierdo, además de un derrame articular y atrofia muscular. Un diagnóstico que auguraba unos meses muy duros.
El informe recomendaba visita «urgente» en el Hospital Sant Joan de Reus y una valoración por si era necesaria una intervención quirúrgica. Además, el médico de cabecera le dio cita para la clínica del dolor en febrero de 2020. El mismo documento solicitaba adelantar la visita, ya que «el paciente presenta un alto grado de limitación al llevar siempre muletas por polio infantil –una enfermedad viral que causa parálisis muscular–». La clínica del dolor es una unidad especializada en la prevención, diagnóstico y tratamiento del dolor, con la que cuentan algunos hospitales. El problema es la larga lista de espera que las caracteriza.
Tormo sigue con fuertes dolores y nadie le ha cambiado la visita a la clínica del dolor. Ahora está a la espera de que el médico le atienda el próximo mes de agosto para valorar si es necesaria la operación. «Solo pido poder ir antes a la clínica del dolor. Allí podrán infiltrarme y calmar mi sufrimiento hasta que me operen», asegura Tormo, quien añade que «no puedo dormir, ni estar tumbado, ni sentado. Mi mujer tiene que vestirme y desvestirme. No sirvo para nada».
El hospital se justifica
Por su parte, desde el Hospital Sant Joan de Reus aseguran que, por el momento, el paciente tiene concertada una visita para el próximo 14 de agosto y será donde se valorará qué procedimiento seguir a partir de entonces. En esta visita se decidirá si es necesaria la visita a la clínica del dolor. Fuentes del centro hospitalario añaden que la cita fue dada por el centro de atención primaria y «tiene carácter orientativo en función de lo que decida el especialista». Tormo ha denunciado la actuación de los médicos y está dispuesto a llegar hasta el final para acabar con un dolor que no le deja vivir.