Hace justamente un año que el Ayuntamiento de Reus puso en marcha una nueva medida para controlar las palomas en la ciudad. Lo hizo con la distribución de pienso anticonceptivo (a base de nicarbacina) a través de seis dispensadores ubicados en las zonas de mayor densidad de población de estas aves: en el Ayuntamiento de Reus, antiguo Hospital Sant Joan, Estació Enològica, La Palma, en la sede de Aigües de Reus (plaza de Les Aigües) y en un edificio de propiedad municipal ubicado en la calle de Balmes. Fuentes municipales consultadas detallan que todavía no disponen de un balance. Y es que la previsión es que el tratamiento se repita durante un periodo de cuatro años, por lo que, según apuntan, los resultados son a largo plazo.
«No se ha conseguido ningún éxito destacable. Las palomas son un foco de transmisión de enfermedades», señala Jaume, vecino de ReusAdemás, primavera es la época de reproducción de las palomas, por lo que el tratamiento que se realice estas semanas será clave para los posteriores efectos sobre la población de palomas.
«Son un problema de salud»
Algunos ciudadanos se muestran preocupados y, a pesar de la puesta en marcha de este nuevo método, aseguran que en este último año no han notado descenso alguno. «No se ha conseguido ningún éxito destacable con el control de esta verdadera plaga urbana», señala Jaume Nin. Es vecino de la plaza del Pallol y se muestra especialmente preocupado por las enfermedades que pueden transmitir las palomas. «Que las aves urbanas puedan convertirse en un factor de transmisión de plagas es una posibilidad real que no podemos desmerecer», alerta este reusense, que recuerda que, en 2008, el Chartered Institute of Environmental Health incluyó las aves urbanas como elementos susceptibles de ser transmisores de enfermedades. «A diferencia de las salvajes, las aves urbanas tienen una fuerte interacción, no únicamente en los espacios urbanos de uso público, sino también en los privados, como terrazas, galerías, balcones...», recuerda. Bajo el punto de vista de Jaume, las palomas siguen campando a sus anchas, sin haber notado un descenso de la población y así también lo constataban, antes del actual estado de alarma, los restauradores del centro de la ciudad, donde más afectación hay de palomas. Tanto desde El Pallol, como la plaza del Mercadal y la plaza de Prim, los negocios que disponen de terrazas señalaban que las palomas seguían molestando a los clientes, subiendo a las mesas y tirando platos y vasos al suelo, sin haber notado ningún descenso de la población.
«Hemos retomado el tratamiento justo hace dos semanas. Ahora es el momento clave», explica Daniel Rubio concejal Medi Ambient de Reus«Suponen un problema de salubridad. Se ponen en balcones y terrazas y lo dejan todo lleno de excrementos», se queja Sandra, otra vecina de Reus. Por su parte, Alba opina que distribuir pienso anticonceptivo es «una idea bastante revolucionaria», y es que se muestra totalmente opuesta a la captura de palomas. Así también lo ve Laia, quien considera que «es muy difícil controlar una plaga», más aun teniendo en cuenta su alta capacidad reproductiva.
Vuelve el tratamiento
Tras paralizar temporalmente el tratamiento a raíz del estado de alarma, desde hace dos semanas se vuelve a distribuir pienso anticonceptivo. «Ahora es el momento clave», dice el concejal Daniel Rubio, recordando que es en primavera cuando las palomas se reproducen. Durante los meses de invierno se distribuye pienso normal, con el fin de acostumbrar a las palomas a comer de dichos dispensadores. Cuando llega primavera, el pienso se mezcla con nicarbacina. Ante esta necesidad de acostumbrar a estas aves a comer siempre de los dispensadores, se recuerda que está prohibido y sancionado que la ciudadanía les dé de comer. También se señala que esta no es la única medida para controlar la población de palomas. Y es que se realizan capturas y se intenta modificar los hábitos de estas aves.
