Los peatones que pasean por la Raval de Jesús lo comentan. «Mira, otro cartel de liquidación por cierre», decía un grupo de señoras. Detrás de los rótulos de ‘liquidación total’ o ‘traslado’ colgados en distintos escaparates de la Raval de Jesús se esconden diferentes motivos que han llevado a estos comercios a tomar la decisión de bajar la persiana pero la realidad que dejan es la misma: un arrabal que pierde peso comercial o al menos por ahora. En los últimos meses se ha precipitado el remate final de hasta ocho locales de distinta índole y es inevitable pensar en la sombra que plana sobre el panorama comercial de Reus: La Fira. Una infraestructura que ha dejado sin Zara el Raval de Jesús pero que no se ha erigido como el motivo principal del cierre de los locales de esta calle. «Hace cinco años, el cierre del Zara me hubiera fastidiado mucho pero ahora me quiero jubilar», decía Maria Teresa Coca, la propietaria de Rovira Coca Esports, una tienda situada a escasos metros del desaparecido local de ropa de Inditex. Hace 34 años que esta tienda de deportes está en el arrabal y a pesar de que no le ha afectado este nuevo panorama reconoce que a los comercios actuales sí que los perjudicará. «Sin el Zara pasan ahora cuatro gatos por el arrabal», añadía Coca que antes de cerrar espera pasar la Navidad.
El mismo caso es el que ocupa a la tradicional tienda de ropa, Treco, que nació y cerrará en el mismo local del Raval de Jesús. Su propietario, Dalmasi Gisbert, cuenta que a principios de este año ya tomó la decisión de jubilarse y tras 44 años cerrará la persiana de un comercio que ha visto el cambio de hábitos de los clientes. «El centro comercial no nos hace competencia pero creo que la afectación no viene de la Fira sino que la nuevas generaciones han perdido poder adquisitivo y prefieren viajar en lugar de gastarse el dinero con ropa», argumentaba Gisbert que cerrará después de Reyes.
Para otros, el cierre es inminente y no tienen previsto llegar a diciembre, como Argentum, una tienda de complementos situada justo después de la calle del Vent. Anabel López, la propietaria, hace ya un par de años que ha experimentado un descenso significativo de las ventas y la nueva situación comercial ha sido la gota que ha colmado el vaso. «Hace tiempo que lo estaba meditando y el cierre de Zara me ha ayudado a decidirme. Para mi, esta campaña de Navidad está perdida», aseguraba Anabel. Esta comerciante ha detectado que la venda online a través de su página web le funciona mucho mejor. Los comercios de proximidad tiene que medir al milímetro los márgenes de beneficio y son también tiempos para tomar decisiones de supervivencia. La tienda de ropa D’Aleyda asegura que se marcha de Reus para quedarse con la que tiene en Tarragona. Desde setiembre que colgó el cartel de ‘liquidación total’, pero asegura que ni el Zara ni la Fira han influenciado en su decisión. «Yo creo que no afectará porque el cliente del comercio especializado es muy diferente al de las grandes superficies», comentaba Aleyda Martí,. La tienda está escoltada por dos comercios que también cerrarán: el local de dulces La baldufa y Freegun, una franquicia de ropa para jóvenes que sólo hace 8 meses que está abierta y que cierra porque no salen los números, cuentan.
Otros comercios como Piccolina o Malina anuncian su traslado pero su intención es ubicarse en otro local en la misma calle. En cualquier caso, el Raval de Jesús cambiará parte de la fisonomía en los próximos meses. Sus consecuencias, tendremos que esperar par conocerlas.