Rosario tiene 49 años y es madre de una niña de 6 años. En el año 2013 denunció a su actual expareja por presuntos abusos a la menor cuando tenía tres años y medio. Desde entonces espera que haya una sentencia firme sobre el caso. Hasta que no se produzca el dictamen judicial, esta vecina de Reus ha decidido que su hija no vea más a su padre, aunque existe un régimen de visitas que estipula que el progenitor tiene derecho a reunirse los sábados, durante dos horas, con su hija en un punto de encuentro. «Estoy dispuesta a ir a la cárcel por defender los derechos de mi hija», afirma con contundencia esta madre y añade que «mi hija no quiere ver a su padre, tiene miedo».
Y es que desde enero de este año la madre se niega a que su hija vea a su padre. Hasta entonces, según su versión, había cumplido con el régimen de visitas estipulado desde abril de 2015. «Hay informes de psicólogos forenses que determinan que mi hija sufre cuando ve a su padre», asegura Rosario y añade que «incluso desde el colegio me han dicho que, en el tiempo que la pequeña lleva sin ver a su progenitor, mi hija está más contenta».
La misma recuerda que «la niña tiene que estar protegida hasta que se esclarezca el caso y la ley tiene que ampararla porque es una menor». Además de los problemas con la hija, la madre asegura que «también fue maltratada psicológicamente, es una persona muy agresiva».
Aunque la pequeña de seis años no ve a su padre, Rosario asegura que no impide que la familia paterna se encuentre con la menor. «En este tiempo ha visto a su abuela y también a la hermana de él», según la versión de la madre.
Como consecuencia del incumplimiento de las visitas, Rosario, que actualmente tiene la custodia de la menor, asegura que «mi expareja me ha denunciado para quedarse con la custodia de mi hija». Por esta razón, el juez que lleva el caso ya le ha requerido en diversas ocasiones que cumpla con las visitas. «Lo peor que me puede pasar es que me impongan una multa o que tenga que ir a la cárcel. Estoy dispuesta a todo para defender a mi hija», confiesa esta vecina de Reus.
El caso sobre los presuntos abusos está siendo investigado por el Juzgado de Instrucción número 2 de Tarragona. Rosario asegura que «la Fiscalía ha pedido que se archive el caso». Para dar a conocer su situación, y lograr que la presión popular evite que se archive el caso, Rosario cuenta con la ayuda del Grupo de apoyo contra la violencia machista de Reus. De hecho ayer al mediodía se celebró una concentración en la plaza Mercadal, a la que asistieron una veintena de personas, para solidarizarse con la situación de esta madre. Durante el acto reivindicativo se exhibieron diversas pancartas en las que se podía leer: Prou! Trenquem el silenci y El masclisme mata, la justícia remata. Ni una mort més. «El apoyo por parte del colectivo es total. Llevo tres años luchando y lo que pido es que se haga justicia», concluye Rosario.
