«Faltan más pipicanes en Reus, los que hay están muy dispersos»

Los usuarios están satisfechos con las instalaciones, pero consideran que hay pocas y, en horas punta, se llenan

19 junio 2019 08:51 | Actualizado a 24 junio 2019 16:03
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Reus ha ido equipándose, poco a poco, con pipicanes y zonas destinadas a perros. La última actuación realizada en la ciudad fue en febrero, con la construcción de un nuevo espacio de recreo en el Parc de Sant Jordi, que ha permitido duplicar el anterior equipamiento, pasando de 346 metros cuadrados a 781. «Se ha mejorado mucho con este nuevo espacio. Antes era muy reducido y, en horas punta, se llenaba por completo. Además, han instalado una fuente», señala un usuario, Joan Fàbregas. Una opinión compartida por la mayoría de vecinos de la zona que, diariamente, se dirigen a este espacio ubicado en la avenida de Sant Jordi para pasear sus perros. 

«Espacios así están bien, pero creo que tendrían que haber más», opina Karen Castañeda, que tiene perro desde hace dos años. Ella vive en las afueras de Reus y tiene que desplazarse hasta el Parc de Sant Jordi. No obstante, considera que donde faltan más pipicanes es en el centro. «Hay pocos y, por este motivo, vienen muchos usuarios a esta zona», añade. Así también lo creen Aitor Marín y Marta Fort, que van a diario al Parc de Sant Jordi y también observan una alta afluencia de perros en este parque «porque no hay nada más cerca». 

Con unos 4.400 perros censados en Reus, hay en la ciudad seis espacios de higiene o pipicanes (de entre 20 y 50 metros cuadrados, con arena y cerrados) y casi una decena de espacios de recreo con las dimensiones suficientes para que los perros puedan recrearse, como es el caso de la plaza de Joaquim Sorolla (4.594 m2), calle de Vilafranca del Penedès (2.000 m2) o Parc de Sant Jordi (781 m2). De pipicanes sí que hay en el centro de la capital del Baix Camp, pero los espacios recreativos «están muy lejos el uno del otro. Tienes que andar mucho», destaca Aitor Marín. Como también subraya Castañeda, éstos están en las afueras. Además, esta usuaria también señala otra problemática: los horarios. «El del Parc Sant Jordi cierra a las diez de la noche», dice. 

En este sentido, Marta Fort coincide en considerar que, lo mejor, sería que los parques para perros estuvieran abiertos las 24 horas, «sobre todo para la gente que trabaja», señala. En el caso de Sant Jordi, entiende que el espacio está sujeto a los horarios del parque, «pero quizás se podría habilitar alguna puerta directa del exterior con el pipican», propone Fort, que también cree que sería necesario que hubiese más sombra y que se colocasen más elementos de juego. «Alguna rampa iría bien para los perros», añade.

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