El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el candidato del PP a la Generalitat, Xavier García Albiol, tuvieron que suspender ayer su paseo por el centro de Reus. Inicialmente estaba previsto que recorrieran la calle Llovera –principal arteria comercial de la ciudad– y visitaran alguna de las tiendas antes de intervenir en el mitin de Fira Reus. Pero cuando llegaron a la mitad de la calle le esperaba un amplio grupo de ciudadanos que les recibieron con pitos y gritos a favor de la independencia. Entre estos se encontraban integrantes de la concentración celebrada horas antes en el Mercadal y ciudadanos de a pie que pasaban por allí o acababan de conocer que Rajoy estaba de visita en la ciudad.
Fue en ese instante cuando las decenas de personas concentradas empezaron a cortar el paso y, acto seguido, entraron en acción los antidisturbios de los Mossos d’Esquadra. Los agentes intervinieron montando un cordón de seguridad para evitar que la multitud avanzara. Los gritos de in-inde-independència y «fuera de la ciudad» no cesaban. A pesar de llevar recorridos a penas 20 metros, la comitiva decidió dar media vuelta protegida por agentes de los Mossos y de la policía Nacional de paisano.
Durante el breve recorrido de regreso a los vehículos –que se encontraban en la misma plaza Llibertat– se vieron algunas carreras de personas que querían saludar y sacarse un selfie con el presidente. También se vivió alguna escena de tensión como la de un ciudadano que se encaró con un agente de paisano y fue apartado y reducido en el interior de un portal de la calle Llovera. El escolta del presidente del Gobierno llegó a desenfundar su pistola en plena calle durante la discusión.
La presencia de Mariano Rajoy en la capital del Baix Camp generó una gran expectación desde primera hora de la tarde. Sobre las 17 horas ya se celebró una concentración en la plaza Mercadal que reunió a unas 50 personas.
Principalmente, los efectivos policiales se reunieron en la plaza Prim, donde estaba previsto que Rajoy y Albiol iniciarán el recorrido. En uno de los extremos de la calle Llovera también se situaron dos furgonetas de los antidisturbios de los Mossos d’Esquadra.
