«Hay que crear espacios en Reus para que los mayores se animen y salgan de casa»

Asociaciones de vecinos y entidades de la ciudad trabajan en implementar la oferta de ocio para la gente mayor. Creen que además de las acciones municipales, tiene que haber una labor que se realice desde las agrupaciones vecinales. «Con la pandemia quedó todo parado, pero ya hace un mes que hemos retomado las actividades dirigidas a la gente mayor, que se enmarcan también dentro de lo que hacemos en la Associació de la Gent Gran, que está ubicada en la misma sede vecinal», declara el presidente de la Asociación de Vecinos del Barrio Monestirs, Alfonso Berbel.

Entre las actividades que hacen está la de entrenar la memoria e invierten también una franja de tiempo a divertirse jugando al dominó. «En este caso, hay que recordar que desde la asociación también lo practicamos de forma profesional y que el año pasado quedamos campeones en la demarcación de Tarragona», acota. En el caso que nos ocupa, aun así, se practica por ocio, «para pasárselo bien», completa.

Otra de las actividades es el baile en línea. «Les encanta, sobre todo, a las mujeres. Hay bastantes aficionadas, unas que saben más y otras que empiezan ahora. Por ello, las dividimos en grupos. Es una acción interesante, pasan un buen rato y socializan», distingue. Acota que las que bailan, «a pesar de equivocarse persisten», elogia. Constata que, los mayores que vienen, «quieren divertirse; pueden hacerlo también en los centros cívicos de la ciudad, pero sin olvidar nuestra asociación». Explica que lo más importante es que tengan una oferta lúdica «amplia, pero también cerca de casa».

Destaca, por otro lado, que hay muchos profesores preparados al frente de varias actividades en la asociación y que se adaptan para ayudar a la vecindad. «Eso es de agradecer», dice. Reivindica, además, el esfuerzo de las asociaciones de vecinos en general, y más en la organización de actividades, puesto que «la cantidad de ayudas ha ido menguando, a nuestro parecer y a raíz de la pandemia; eso dificulta, a menudo, crear proyectos nuevos e incluso mantener la sede», cuenta. El local vecinal del barrio tenía que estrenarse oficialmente el año pasado «y eso no pudo ser», aporta.

Por su parte, la presidenta de la Associació de Veïns del Barri Fortuny, Cori Balanyà, manifiesta que, en la asociación, están abiertos a toda la vecindad, independientemente de la edad. Reconoce que «la mayoría de personas implicadas en las actividades son gente mayor». Apunta, por ejemplo, que es «muy útil» la ayuda que profesan a los mayores con los trámites telemáticos. «Tiene mucha salida y ayuda a mucha gente». Expresa, por otra parte, que hay muchos vecinos mayores interesados en saber cómo funcionan las redes sociales, «quieren actualizarse», celebra. También subraya que hay clases más creativas, como la de pintura, aunque no está subvencionada. Prosigue diciendo que «también tienen clases de ganchillo y que tenemos cerca la Llar d'Avis, de ámbito municipal, donde juegan a cartas y hay bingo».

La sede de la asociación cuenta con «un rincón con libros para llevarse prestados, como biblioteca, y eso también lo estamos potenciando bastante». La interculturalidad y las relaciones intergeneracionales son, para la presidenta de la asociación, dos máximas clave a partir de las cuales trabajar en proyectos de futuro. «Consideramos indispensable que jóvenes y niños se relacionen con los mayores y hay que potenciarlo desde la asociación», completa.

Tiempo para uno mismo

La Asociación de Vecinos del Barrio de La Pastoreta permanece «muy activa», corrobora su presidenta, Puri Flores. «Siempre decimos que el barrio es como una ciudad y en ella organizamos muchas cosas. Uno de nuestros objetivos es velar por los mayores. Hay que crear espacios para que la gente mayor se anime y salga de casa, por ejemplo, los meses de frío. Nosotros trabajamos para que esté acompañada y lo pase bien», resume.

De hecho, desde la entidad promueven tres actividades destacadas: el baile country, el yoga y el llamado Club de las Tejedoras. Flores desglosa cada iniciativa: «En el country son muchos pasos, se tienen que memorizar y va muy bien para ejercitar la cabeza, además permite hacer actividad física y aprender; luego está el yoga, que ya lo empezamos el año pasado y, al adaptarse a todas las edades y cuerpos, va bien practicarlo; y por último, está el club, en el que sus integrantes hacen labores, como ganchillo o punto».

Sobre el club, Flores remarca que «surgió para desconectar, se habla mientras se teje, pero no está concebida para que haya un profesor que enseñe». «Si hay alguien que no sabe y quiere pedir consejo, perfecto; pero el objetivo es reunirse y pasárselo bien», manifiesta. Hay «gente que avanza rápido en sus creaciones y otra que, realmente, consigue un momento para sí misma, incluso a veces se trabaja en silencio», insiste. Al igual que contaba Balanyà, Flores comenta que los mayores encuentran de mucha ayuda el asesoramiento para formalizar trámites online. «La mayoría de estas actividades están funcionando de maravilla y, en muchas ocasiones, es debido al boca a boca», resume.

Al principio del artículo, comentábamos que había entidades no vecinales que se ocupaban, también, de crear una oferta de ocio para la gente mayor. Es el caso de la Associació de Dones Ganxetes, aunque centrados en mujeres mayores. «Somos muy activas y llevamos 14 años en activo. Todos los miércoles hay actividades lúdicas, de recreo y culturales; las realizamos en el Centre d’Amics de Reus. A lo largo de nuestra trayectoria, y sin pausa, incluso con la Covid, nos hemos mantenido en contacto», explica la presidenta de la asociación, Glòria M. Arnavat.

Estos años han montado charlas, excursiones por Reus y fuera, grupos de lectura interpretativa, pequeñas representaciones y acciones relacionadas con la temporada navideña, la Castanyada, etc.