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La cooperativa de cuidados Les Abelles cumplió su primer año este pasado octubre. La entidad surgió para regularizar y dignificar el sector de los cuidados y dar, así, un apoyo sociosanitario a domicilio a las familias, a nivel físico y mental, entre otros servicios (lesabellescoop.com). Desde su creación, la entidad ha dado trabajo a 14 personas –autóctonas y migrantes– que, a su vez, han atendido a 51 usuarios con diferentes patologías, discapacidades y edades. «Desglosando, hay nueve socios trabajadores que ejercen, un socio colaborador que no, y cuatro trabajadores externos, que sí trabajan», cuenta Liliana Ramírez, quien administra la cooperativa, participa en el consejo rector y es una de las socias fundadoras.
Corina consiguió trabajo gracias a la cooperativa: «Soy de Chile y llevo 16 años aquí. La cooperativa fue un apoyo y me ha dado estabilidad económica. Ofrezco atención sociosanitaria a cinco usuarios, gente mayor y personas con discapacidad. Me gusta mi trabajo, me da vida».
La gente mayor representa el grueso de las atenciones que dan desde la cooperativa, desde la que, dicen, no perder de vista a los jóvenes en el aspecto emocional: «También trabajamos la prevención del suicidio».
«En nuestro primer año, hemos tenido un progreso significativo. Las familias usuarias saben de nosotros por el boca a boca. Nuestra mejor publicidad son las recomendaciones, y las asistentas sociales de Benestar Social ya nos conocen. Eso es muy importante», cuenta Ramírez.
La cooperativa difunde su tarea en charlas para sensibilizar a la ciudadanía y participa con otras entidades con sus mismos valores sociales y solidarios y sin ánimo de lucro, como con la Comunalitat Reus Sud.
La cooperativa de cuidados está, por otro lado, en proceso de obtener la acreditación de REGCESS. Es decir, «pronto» formará parte del registro general de centros, servicios y establecimientos sanitarios. «La red de colaboradores externos crece, conque habrá más profesionales, hombres y mujeres, que cuiden», celebra Ramírez.
La profesionalidad
La profesionalidad en la atención sociosanitaria «la necesitamos con urgencia». Una de las funciones que desempeña la cooperativa es, precisamente, derivar a las personas sin titulación al centro formativo, para que puedan formarse, obtener certificados o convalidar títulos. «Hay muchas personas migradas que llevan tiempo viviendo en Reus y que han trabajado cuidando de personas, pero que no han tenido la posibilidad de regularizar su situación laboral. Nosotros estamos aquí para ellos», asegura Ramírez.
La socia fundadora Tsunamis García, que se encarga del departamento de recursos humanos en la cooperativa y está en el consejo rector, también, expresa junto a Ramírez que «al principio, el Ayuntamiento nos apoyó, luego volamos solos, pero su respaldo fue determinante, porque nos avaló ante la ciudadanía».
«Las familias suelen ir muy perdidas cuando buscan ayudas para sus familiares mayores. Buscan un apoyo personalizado, porque cada casa es un mundo y ofrecemos un trato humano con valores», destaca García. A lo que Ramírez añade: «Tras la pandemia, hay que recuperar el contacto, siempre sin olvidar de cuidar al cuidador».
