La niña fallecida por enterovirus en el Hospital de Reus tenía dos años y murió en marzo

La madre tiene una grabación donde el jefe de Pediatría le confirma que esta infección vírica fue la causa del fallecimiento

19 mayo 2017 19:18 | Actualizado a 21 mayo 2017 17:21
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Una niña de dos años de edad falleció el pasado 28 de marzo en el Hospital Sant Joan de Reus a consecuencia de un enterovirus, tras haber sufrido durante varios días un cuadro de diarreas, fiebre alta y espasmos. Después de que en la necropsia, a la que ha tenido acceso el Diari, se señalase como causa inicial del fallecimiento «una infección en el sistema nervioso central», los padres de la pequeña Marina se entrevistaron el 15 de abril con el jefe de Pediatría del Hospital Sant Joan de Reus, Joaquín Escribano, para conocer las causas reales de la muerte de su hija, además de para mostrarle su desacuerdo con el trato y la atención recibidos por el servicio de Urgencias Pediátricas durante los tres días que llevaron a la niña a Urgencias antes de que esta muriese.

‘Hay una epidemia local’

Durante esta entrevista, que fue grabada por Mayulay Isabel Villegas, madre de la menor –según ella con el consentimiento de Escribano–, éste reconoció que la causa del fallecimiento de Marina fue «una infección vírica», concretando que «es un enterovirus, habitual en esta época del año», y añadiendo también que «ahora hay una epidemia local de enterovirus». En la grabación, a la que también ha tenido acceso esta redacción, el jefe de Pediatría del Hospital Sant Joan de Reus también admite que «a lo mejor» el pediatra que atendió a Marina en Urgencias horas antes de su fallecimiento «no supo interpretar» los resultados de las pruebas que le realizaron, entre estas una punción lumbar. En este sentido, Mayulay Isabel Villegas asegura que «los parámetros de los resultados del líquido cefalorraquídeo estaban alterados, como las proteínas o los glóbulos rojos y blancos, claros indicadores de que mi hija sufría una infección vírica. Por lo que creemos que, con este cuadro, la niña debería haber sido derivada a Barcelona».

La muerte de la pequeña Marina, entre que empezó a encontrarse mal hasta que falleció el 28 de marzo, fue muy rápida. Después de tres días de diarrea, espasmos y fiebre, fue visitada el 25 de marzo en las Urgencias Pediátricas del Hospital Sant Joan, donde «nos dijeron que los espasmos eran por la fiebre y nos dieron el alta». Al día siguiente, Marina volvió a ser visitada en el hospital porque los vómitos no remitían «y tenía mucha sensibilidad a la luz. El diagnóstico fue grastroenteritis y le dieron media pastilla para parar los vómitos», añade Mayulay.

El domingo 27, los padres volvieron a llevar a Marina porque había empeorado, ya que «no podía andar. El pediatra la hizo caminar y la niña dio tres pasos y se desequilibró. Nos dijo que la debilidad se debía a la falta de ingesta y también que los movimientos involuntarios no eran ‘significativos’». Ante la presión de los padres, el pediatra accedió finalmente a hacerle una analítica, un tac craneal y una punción lumbar para determinar si tenía meningitis. «Posteriormente nos informó que los resultados eran normales y que la niña tenía una ‘pasa’», añade la madre. No obstante, decidieron dejarla en observación. Una vez en la habitación, y cuando Mayulay la sacó del cochecito y la cogió en brazos, la pequeña Marina empezó a convulsionar, perdió el conocimiento y finalmente acabó falleciendo. Los padres de la niña fallecida se quedaron de piedra esta semana cuando vieron en los medios de comunicación que «al hablar del brote de enterovirus, se dijo que no se había producido ninguna muerte en Catalunya, cuando nuestra hija murió por un enterovirus, tal y como nos reconoció el doctor Escribano. Sólo se ha hablado de un niño en estado crítico, pero nuestro caso no ha sido reconocido, no lo entiendo».

Por su parte, el subdirector del Cat Salut, Josep Maria Argimont, intentó a lo largo de la rueda de prensa celebrada ayer en Barcelona eludir el caso del bebé muerto en Reus. Incluso sólo habló de Tarragona como provincia para no señalar ni la ciudad ni el hospital Sant Joan. Argimont, acompañado de los doctores Carlos Rodrigo y Tomàs Pumarola, remarcó que la muerte de Reus y los actuales casos diagnosticados de enterovirus no tendrían una relación directa, puesto que en las muestras del menor fallecido no había rastro de ninguna familia de enterovirus. Por tanto, los doctores Rodrigo y Pumarola fueron cautos y admitieron que a pesar de que el cuadro clínico y los síntomas podrían ser de una infección por enterovirus, la falta de la muestra genética que identifique el virus de forma precisa impide establecer una relación directa de causa y efecto.

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