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La Xarxa de Centres Cívics de Reus incluyó, a partir de marzo de 2021, la solicitud de espacios como trámite electrónico, que dejó un «incremento importante de solicitudes a partir de entonces», trasladan fuentes municipales. De 2020 a 2021, las solicitudes de espacios en los centros cívicos (CC) pasaron de ser 18, por vía telemática, a 150.
En el caso de la solicitud presencial, pasó de dejar 43 solicitudes a ninguna en 2021, como es natural a causa de la pandemia. En lo que llevamos de año y respecto a la dinámica presencial –al menos de enero a febrero– no se ha registrado ninguna petición. En diciembre de 2021, este trámite se destacó en la nueva página web de Centre Cívics.
Anteriormente, el trámite se podía realizar en línea, pero era «poco accesible y la mayoría de las peticiones se tramitaban por la Oficina d’Atenció al Ciutadà (OAC)», complementan las mismas fuentes, que continúan destacando que hay que tener en cuenta que, dichas peticiones «incluyen solicitudes de espacio en periodos concretos de tiempo –por ejemplo, una única solicitud por unas clases de pilates que duren un año entero– y las solicitudes de espacio esporádicas».
Las entidades que utilizan habitualmente un CC, «suelen tienen asignada una sala», pero pueden disponer de otras, siempre y cuando avisen con antelación. Este último tipo de solicitudes, se hacen directamente en el centro y no se contabilizan en la estadística anteriormente expuesta. A pesar de que la mayoría de peticiones «son de entidades», también las «hacen grupos informales, que se agrupan para llevar a cabo una actividad, sin necesidad de estar asociado».
La ‘casa’ de todo el mundo
La concejala de Participació, Bon Govern i Serveis Generals, Montserrat Flores, manifiesta, por su parte, que «la Xarxa de Centres Cívics de Reus está abierta a todo el mundo, es como un punto de encuentro de entidades, asociaciones, vecinos y vecinas». «Esta función de convertirse en casa para todo el mundo se ha incrementado gracias al trámite digital, facilitando así que todos tengan un acceso rápido a la solicitud de espacios». El trámite digital, prosigue, «todavía se ha potenciado más con la renovación de la página web», que ha dado «un paso adelante fortaleciendo la voluntad de proximidad de unos equipamientos que son referentes destacados de la dinámica ciudadana».
Hay que decir, también, que disponer de un espacio en los centros cívicos de la ciudad ha supuesto la salvación de muchas entidades que han quedado huérfanas al no poder mantener la sede al llegar la pandemia. Es el caso de la Associació Calmécac, desde la que potencian la interculturalidad a través de la educación, la integración y la igualdad, ofreciendo servicios formativos no reglados.
«Llegó el virus y nos quedamos sin oficina. Las familias que traían a sus hijos a hacer repaso, entre otras actividades, se desapuntaron», recuerda la presidenta de la asociación, Irina Ravelo. Así pues, guardaron el material en otro lugar y esperaron «hasta que encontramos el lugar idóneo», celebra. Y este fue el Centre Cívic Mestral del barrio Gaudí. «A día de hoy, acudimos allí entre dos y tres veces por semana y aunque no hay espacio en el que almacenar los materiales, como la actividad que realizamos ahora es únicamente la de repaso, nos va muy bien trabajar allí. Además, tenemos a un grupo reducido y fijo», expone.
Tiempo atrás, una de las actividades que dio a conocer Calmécac fue la que hacían en el Centre Cívic del Carme por el Día de Muertos. Celebraban la muerte de forma alegre y festiva, llena de color. «Aunque en 2020 no la llevamos a cabo, el año pasado la hicimos online, con 60 personas conectadas. Este año, no sabemos si lo haremos o no», distingue e insiste que, «en el CC estamos muy cómodos, es una cesión de espacio que renovamos trimestralmente», aporta.
La más y menos veterana
Por otro lado, una de las entidades alojadas más veteranas en la Xarxa de Centres Cívics de Reus es la Associació Juvenil Irasshai, que da a conocer la cultura japonesa, el manga y las variantes otakus. «Estamos en el CC de Llevant desde que la entidad se creó, antes de 2010, aproximadamente. Acostumbramos a usar un espacio los viernes por la tarde, en el que nos reunimos para planificar actividades o realizarlas, y siempre están abiertas a todo el mundo», informa el tesorero de la asociación, Nil Vallès. Cuando organizan un encuentro para jugar a videojuegos, «reservamos otra sala con proyector». «Los espacios se adaptan a nuestras necesidades. Nos planteamos, tiempo atrás, tener sede propia, pero aquí nos ofrecen muchas facilidades», reconoce.
Otra entidad, más reciente alojada en los CC, es el Grup Balandra, de habaneras; hacen canción de taberna, valses marineros y cuentan con un repertorio musical «muy dinámico», describe uno de sus miembros, Gabi Rega. «Llevamos activos desde 2019, pero aterrizamos en el CC Mas Abelló en 2018. Tenemos un sitio en el que ensayar, especialmente de noviembre a mayo, y está en una ubicación en la que, si no eres de la ciudad (como mis compañeros) es fácil aparcar», cuenta. También añade que la comunicación con las personas que están al frente del equipamiento es fluida y diligente.
