El progresivo empoderamiento de las mujeres se hace notar en las administraciones, instituciones, política, entidades, asociaciones de vecinos y otras organizaciones, dónde poco a poco, van consiguiendo ocupar posiciones de liderazgo. En Reus, hay un sinnúmero de mujeres dispuestas a hacer cambiar las dinámicas ocupando unos puestos de representación que hasta hace poco solo han ocupado los hombres. Noemí Llauradó (cabeza de lista de ERC), Marta Llorens (cabeza de lista de la CUP), Gemma Molner (presidenta del Tomb de Reus), Esperanza Torrijos (presidenta de la Asociación de vecinos del barrio Immaculada), Esther Cos (presidenta del Orfeó Reusenc), Astrid Martín (presidenta de la entidad Gegants de Reus), o Àgata Girbes (candidata a presidir la Cambra de Comerç de Reus) son solo unos ejemplos, aunque muy representativos.
La valía de las mujeres para ocupar cargos de decisión resulta evidente, pero estas no siempre tienen el apoyo suficiente, a la vez que la sociedad aún no está del todo preparada para aceptar que las mujeres sean capaces de ocupar puestos de mando. La aprobación de algunas leyes para llegar a conseguir la igualdad real entre hombres y mujeres ha contribuido a progresar, pero las acciones para conseguir una igualdad real entre hombres y mujeres aún son insuficientes.
Esperanza Torrijos tiene 49 años, hace 8 años que es presidenta de la Asociación de vecinos del barrio Immaculada y ya había estado implicada en el AMPA de la escuela de sus hijos. La representante de la entidad vecinal asegura que, en muchas ocasiones, «los hombres tienen más voz» y «su palabra sigue teniendo más valor que la de mujer». Noemí Llauradó es abogada y se hizo militante de ERC cuando tenía 25 años, el año 2003. Ahora, es diputada al Parlament de Catalunya y concejal de salud al Ayuntamiento de Reus. Además, ha sido reelegida como cabeza de lista de ERC para las próximas elecciones municipales. Sin duda, es un ejemplo de mujer empoderada, que ha conseguido hacer carrera pese a los obstáculos. Llauradó no se ha encontrado con conductas graves, pero asegura que convive constantemente con los «micromachismos», que derivan en comentarios condescendientes, aunque asegura que «nuestro trabajo es no dejarlos pasar» y rebajar «el sentimiento de superioridad del sexo masculino».
Durante muchos años, las mujeres han quedado relegadas de cargos de liderazgo, cuando en realidad «podemos tener más roles» añade Llauradó que a la vez lamenta el modelo heteropatriarcal vigente en la sociedad actual. No obstante, las mujeres cada vez están más preparadas para ocupar puestos de mando: tienen estudios superiores y la mayoría gozan del apoyo de sus familias, sin las cuales seguramente no hubiesen podido avanzar.
Por un lado, Llauradó ha tenido la suerte de tener el apoyo de su familia y también el de Esquerra, donde asegura que sin la ayuda de sus colegas, no hubiera podido liderar el proyecto político de ERC en Reus. Por el otro, Torrijos expresa que la conciliación de la vida personal y laboral es muy complicada cuando se tienen hijos y además ocupas un cargo de responsabilidad y, del mismo modo lo expresa Gemma Molner, que a sus 48 años preside el Tomb de Reus. Para Molner, representar a una parte de los comerciantes de la ciudad le supone no pasar tanto tiempo con sus hijos, lo que «te hace tener cargos de consciencia». Molner también explica que «por el hecho de ser mujer parece que tengas que demostrar más tu valía, cuando tendrían que valorarse las personas y no su género».
Esther Cos es la presidenta del Orfeó Reusenc desde el año 2015 y se ha convertido en la segunda mujer en ocupar el cargo desde que se fundó la entidad hace cien años. Cos expresa que no tendría que ser noticia que una mujer ocupe un cargo de responsabilidad, pero también reconoce que el ámbito cultural al que representa «es un mundo muy masculino».
Astrid Martín, presidenta de la Colla de Gegants de Reus fue madre soltera con 16 años y gracias a la ayuda de su familia pudo estudiar magisterio, por lo que durante toda su vida ha tenido que ir rompiendo barreras. Ahora, tiene 42 años, es maestra y expresa que «aún vivimos en un mundo de hombres» por lo que «es una pena que tengamos que hacer inclusión». No obstante, asegura que «la gente joven está normalizando» el hecho de que las mujeres se empoderen.
Pero la paridad real no existe. Llauradó considera que los hombres tendrían que ser «más solidarios» y que «las mujeres tendríamos que ayudarnos más las unas a las otras» y Cos concluye que las mujeres «tendríamos que ser más valientes» a la hora de decidir un cargo de liderazgo.