En Comú Podem también ganó de forma inesperada las elecciones en Reus. El masivo aumento de votos que todas las encuestas vaticinaban a C’s –que en las catalanas ya logró unos espectaculares resultados– tampoco fue el esperado en la capital del Baix Camp, lo que impidió al partido de Albert Rivera un triunfo en la ciudad que parecía muy a su alcance.
Un dato relevante, e inédito hasta el domingo, es que hasta cinco partidos diferentes ganaron en algún colegio electoral. Estos son En Comú Podem, C’s, PSC, DiL y ERC, lo que escenifica la atomización que vive el panorama político actual.
La principal consecuencia de todo ello es que una formación sin casi presencia en la ciudad, y con uno de sus socios –ICV– semidesaparecido, se impusiera el domingo en cinco de las 13 sedes electorales, con un total de 8.729 votos. Barrios como el gaudí, Sant Josep Obrer o Más Pellicer fueron liderados de forma holgada por la bandera morada de En Comú Podem. También sorprende su primer puesto en la zona de Països Catalans u Horts de Miró. Pero, sobre todo, su poder de atracción se demuestra en el hecho de que, a excepción del Joan Rebull, siempre figura entre las tres fuerzas más votadas en todos los colegios. Esta realidad deja a los socialistas sin sus feudos más históricos y diluye el trabajo labrado por Convergència i Unió (CiU) en estas zonas y que tan buenos resultados le había dado en las pasadas elecciones de 2011.
Otro apunte a tener en cuenta es que el PSC no sólo pierde estos barrios sino que el domingo se dejó más de 3.000 votos en comparación con las generales de hace cuatro años.
‘No estamos satisfechos’
Como no podía ser de otra forma, la alegría por los resultados obtenidos era ayer la tónica dominante en el comunicado que Podem Reus hizo público, principalmente, para agradecer el apoyo recibido. Aún así, el partido anunciaban :«Estamos contentos pero no satisfechos, y esta satisfacción no será completa hasta que todas las personas de nuestra ciudad tengan cubiertas todas las necesidades y no existan desigualdades entre nuestros vecinos y vecinas».
La segunda fuerza, y a escasos 700 votos, fue C’s. El partido naranja obtuvo un buen resultado que, en Reus, también confirmó el trasvase de votantes del PP hacia sus siglas. En esta misma línia, C’s siguió la tónica que en las elecciones del 27-S imponiéndose en el Pavelló Olímpic y en el colegio Misericòrdia.
La situación de En Comú Podem y Ciudadanos contrasta con los resultados obtenidos por las dos fuerzas soberanistas. Democràcia i Llibertat logró repetir éxito en los mismos barrios en los que la antigua CDC siempre lograba imponerse –Joan Rebull, Prat de la Riba, IESBaix Camp–. No obstante, sus votos en el resto de colegios fueron inferiores a lo esperado, ya que le dejan en una pobre quinta posición si se tiene en cuenta que son las siglas que representa el actual alcalde Carles Pellicer.
Mucho peor le fueron las cosas el domingo a su socio en el gobierno municipal, Unió Democràtica, que presentándose solos por primera vez se quedó por debajo del millar de votos.
ERC y el Senado
Por su parte, ERC obtuvo unos resultados infinitamente superiores a los del 2011, cerca de 5.000 votos más, pero no los suficientes para superar a En Comú Podem, C’s y PSC. Pese a este subidón, presumiblemente a costa de DiL, los republicanos sólo lograron imponerse en uno de los 13 colegios electorales –el Pompeu Fabra–. Si al final el voto soberanista se quedó lejos de ser mayoritario en la ciudad, sí lo fue el apoyo al Dret a decidir.
El importante revés electoral de DiL no lo es tanto para el alcalde de Reus, Carles Pellicer, quien logró uno de sus principales objetivos como era el de convertirse en senador por Tarragona. Dos datos son claves para entender su éxito. Uno de ellos es que registró 7.923 votos en su ciudad, en la que sin embargo y sólo fue superado por el representante de ERC, Miquel Aubà, que obtuvo 8.040 votos.
El otro, quizá todavía más revelador, es que el alcalde de Reus logró en la demarcación más apoyos –59.495 sufragios– que votantes obtuvo su partido para el Congreso –56.949–. Esta circunstancia también se repitió en Reus, donde el alcalde obtuvo más votos para su persona que DiL en la ciudad. Una circunstancia que aleja el fantasma de un voto de castigo hacia su pretensión de compaginar la compleja gestión de la alcaldía con el Senado.
