Los vecinos del barrio de Mas Iglesias de Reus, «hartos» de sufrir actos vandálicos

Los vecinos del barrio Mas Iglesias de Reus están «hartos» y se sienten abandonados ante la problemática que enfrenta el vecindario. Al parecer, en los últimos meses ha crecido la incidencia de actos vandálicos e incívicos en la zona, cosa que preocupa a los vecinos, que además se quejan de la dejadez que hay en el parque principal del barrio.

«Hay gente que entra en el parque y lo ensucia dejando basura y restos de comida y esto ha provocado que proliferen las ratas; es un parque donde van familias con niños y no se está haciendo nada para limpiarlo», denuncia el presidente de la Asociación de Vecinos El Roserar, Francesc Jornet. Aparte de la suciedad que presenta la zona, reclama que la vegetación está descuidada y que no hay ningún tipo de mantenimiento en un parque que antaño solía ser el «orgullo del barrio».

Además de la falta de mantenimiento, los vecinos se quejan de un problema todavía más grave: el vandalismo. Según parece, un grupo de vándalos se dedica a romper los cristales de los coches del vecindario, una situación que se ha vuelto bastante habitual. «Rompen los cristales para robar lo que haya dentro y es algo que pasa con frecuencia; hay mucha inquietud en el barrio», explicaba el vicepresidente de la Asociación de Vecinos, Jordi Corner.

Este tipo de incidentes ha llegado incluso a un anexo cercano a la Escola Tècnica d’Arquitectura de la Universitat Rovira i Virgili, que se encuentra también en el Mas Iglesias. Semanas atrás, el ‘Diari’ reportó las quejas de un grupo de estudiantes que habían sido víctimas de estos actos vandálicos. «Los que rompen los cristales de los coches a los alumnos son los mismos que se lo hacen a los vecinos», expresa Jornet.

Lejos de ser el único problema, Jornet y Corner explican que algunos vecinos se han encontrado a individuos portando jeringuillas y consumiendo otros estupefacientes en sus propios portales. «No puede ser que los vecinos tengan que vivir así», lamentan.

Uno de los problemas más recientes al que se enfrentan es la ocupación de un local vacío cercano al Institut Roseta Mauri. Aunque ya ha sido precintado por la Guàrdia Urbana, Jornet y Corner se muestran intranquilos porque «ya lo han cerrado otras veces y cuando pasa un tiempo vuelven a entrar en el local». En su interior los individuos celebraban botellones, fiestas y consumían drogas, dejando el local en un estado totalmente deplorable. «Queremos que tapien la puerta de forma definitiva para que no puedan volver a ocuparlo, en los pisos de encima viven familias y lo pasan mal», se quejaba Jornet. Además, sugieren que estos individuos son los responsables del reciente robo de uno de los bares del barrio.

Necesitan soluciones

Ante esta complicada situación, desde la Asociación de Vecinos reclaman que el Ayuntamiento está haciendo caso omiso a sus quejas y que, aunque se han reunido en varias ocasiones con algunos concejales, todavía no tienen ninguna solución efectiva para combatir el problema.

El consistorio asegura que, aunque pueda haber casos de incivismo en el barrio, no se trata de una zona especialmente conflictiva. «La Guàrdia Urbana actúa en Mas Iglesias igual que lo hace en el resto de la ciudad, y lo hace con prevención, contacto con los vecinos y comerciantes, y colaborando con los otros cuerpos de seguridad», dicen.

Una de las soluciones que han planteado al Ayuntamiento es que se instalen más farolas en las zonas más conflictivas, ya que consideran que una mejor iluminación se lo pondría más difícil a aquellos que quieran intentar causar problemas. Aun así, la sugerencia no se ha hecho efectiva, pese a que, tal y como aseguran Jornet y Corner, ya se lo han pedido al Ayuntamiento.

Los vecinos llevan desde finales del 2019 intentando que la delincuencia e incivismo desaparezcan por completo de Mas Iglesias y que haya un mejor mantenimiento de las áreas que consideran esenciales en el entorno del barrio. Además, recuerdan que se trata de una zona muy familiar. «Tenemos un colegio, un instituto y la universidad, es una pena que pasen estas cosas porque es un buen barrio», concluye Jornet.