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Miembros del equipo de gobierno –con el alcalde Carles Pellicer y la presidenta del Hopital, Noemí Llauradó, a la cabeza–, técnicos del Centre Mèdic Quirúrgic Reus (CMQ) y del Ayuntamiento, entre otros, estuvieron ayer por la tarde en el edificio del antiguo hospital. Según ha podido saber el Diari, el motivo de la visita sería para conocer el estado de las instalaciones y evaluar los servicios que podría albergar si, finalmente, se produce el traslado del CMQ al centro de la ciudad.
Ente ellos estarían, por ejemplo, las consultas externas, el servicio de urgencias, cirugía menor o mayor ambulatoria o la necesidad de llevar a cabo ingresos puntuales de los pacientes. Estos aspectos, y muchos otros, son los que baraja el estudio y plan de viabilidad que el equipo de gobierno tiene en marcha desde hace tiempo y que todavía no ha concluido.
Sin que la decisión todavía esté tomada, la realidad es que la visita de ayer avala la opción del viejo hospital como algo más que una preferencia para el futuro del centro médico. Sobre todo porque entre los asistentes a esta primera visita estarían, también, técnicos del Centre Mèdic Quirúrgic.
La opción final del viejo Sant Joan tampoco sería una sorpresa.El propio Pellicer ya declaró que el equipamiento era la primera opción por varios motivos.Entre ellos estaría una menor inversión económica al tratarse de un espacio que, en su día, ya albergó un hospital y porque su llegada supondría una importante revitalización de la zona centro de la ciudad. En estos momentos, la actividad en el edificio pasa por despachos, unos laboratorios, algunas dependencias municipales y los servicios de radioterapia. En cifras, elCMQ recibe anualmente unas 85.000 visitas, realiza cerca de 100.000 exploraciones complementarias y supera las 20.000 urgencias.
Desde que a principios del mes de junio se conociera la noticia de que los propietarios de la antigua Clínica Fàbregas habían rescindido el contrato de alquiler de las instalaciones del CMQ han saltado varias voces a favor de su traslado al centro de la ciudad. Entre ellas la de los propios trabajadores –los cuales emitieron un comunicado expresando su preferencia por el antiguo Sant Joan– y de los comerciantes y paradistas del Mercat Central por la necesidad de volver a generar actividad en la zona.
