Ser productor y distribuidor de aceite de oliva, una tendencia en auge en Reus

Los nuevos productores de aceite prescinden de intermediarios para distribuir de forma directa su aceite

06 diciembre 2020 19:50 | Actualizado a 08 diciembre 2020 15:55
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La producción de aceite de oliva es una de las industrias más tradicionales e identificativas del mediterráneo. La popularidad de este producto en otros países ha incrementado en los últimos años, convirtiéndose en uno de los aderezos más preciados en la cocina internacional. Sin embargo, los verdaderos expertos y degustadores del comúnmente conocido ‘oro verde’ son los de casa.

Antaño lo más habitual era que los pequeños productores de aceite de Tarragona dependieran de una cooperativa para el envasado y comercialización de su producto, pero parece ser que ha entrado en juego una nueva tendencia. Ahora son los propios productores los que se encargan de embotellar el aceite y venderlo, eliminando así a los intermediarios.

Miquel Llorens, creador y productor de ‘Oli El Freixe’, comenta que «no me compensaba hacer la recolecta y que otros se encargaran de embotellar y comercializar mi producto, así que me planteé hacerlo por mi cuenta». Llorens compagina su trabajo labrando diversas fincas con su nuevo proyecto, surgido dos meses atrás. Como él, otros payeses han decidido prescindir de intermediarios para obtener un beneficio directo y tener control sobre la distribución y comercialización de su aceite.

Es el caso Isidre Solé y Janira Villar, productores del aceite ecológico ‘Mas de Santa Creu’, que llevan diez años dedicados a esta industria. «No creemos en el proceso convencional en el que varios payeses llevan el olivo a una cooperativa y que salga el mismo aceite para todos, queremos que nuestro aceite sea distinto», explica Villar. La elaboración de su producto se lleva a cabo mediante la recuperación de fincas abandonadas o fincas que tenían un tratamiento convencional, es decir, con químicos o, incluso, productos tóxicos. «Restauramos esas tierras y llevamos a cabo la producción del olivo ecológico en ellas», ha comentado el agricultor.

Llorens y Villar coinciden en que compaginar la producción y la comercialización del aceite es un trabajo «muy difícil y complicado», y que el boca a boca es lo que más les funciona para dar a conocer su producto. Aunque los proyectos tienen presencia en las redes sociales y cuentan con sus respectivas páginas web para publicitarse, que se hable de su producto entre los vecinos, amigos y familiares es lo que consigue que su aceite llegue a más hogares.

Por otro lado, Andreu Fabra, productor de aceite de ‘Mas La Timba’, ha explicado que su familia ya llevaba años en esta industria, pero siempre de la mano de cooperativas que se encargaban de comercializar sus productos. «Llevaba años planteándome este proyecto y un mes atrás decidí emprenderlo con mi familia», ha comentado Fabra. Además explica que en la zona de Tarragona «hay bastante competencia y, a veces, es difícil destacar en el mercado». Su solución a este inconveniente ha sido comercializar su aceite en otras zonas fuera de Tarragona. De momento han hecho entregas en Barcelona, Lloret de Mar y tienen pendiente un envío a Francia. Aunque en ‘Mas Santa Creu’ cuentan con más experiencia en el terreno, ‘Mas La Timba’ y ‘Oli El Freixe’ no se quedan atrás, los dos productores iniciaron hace pocos meses sus proyectos, pero aseguran que ya están consiguiendo presencia entre los consumidores. Los dos nuevos productores de Riudoms saben que este año las ventas serán más «flojas», pero esperan que en 2021 consigan establecerse con éxito en el mercado del aceite de oliva.

Productos de proximidad

Hacerse hueco en el mundo del aceite de oliva no es cosa sencilla, y los productores locales luchan para dar a conocer su producto en un mar plagado de tiburones. Pese a eso, aseguran que sus aceites destacan en calidad y además disponen de un factor con el que no cuentan las grandes empresas: la cercanía. La proximidad es un elemento muy importante para los productores locales porque genera confianza.

Los consumidores saben de dónde provienen los olivos y que a pocos quilómetros de sus casas se está elaborando el aceite que adereza sus comidas.

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