Esperar el autobús escuchando a los Beatles no tiene precio

Música en la estación de Tarragona. Comienzan las pruebas para que la terminal acoja actuaciones tanto en el interior como en los andenes

12 marzo 2021 06:30 | Actualizado a 12 marzo 2021 06:51
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Un conductor de autobús uniformado pasa a toda prisa y saluda sonriente a D-James (que prefiere que le llamen así, por su nombre artístico) con un: «¡Música, queremos música!».

El cantante ha hecho una breve pausa para saludar a una joven que le está contando cuánto le gusta lo que hace, que le confiesa que a ella también le gustaría hacer música... La chica, escondida detrás de su teléfono, había estado cantando bajito durante toda la canción anterior.

La escena tiene lugar en los andenes de la estación de autobuses, donde D-James ha comenzado a tocar los lunes, miércoles y viernes por la tarde. Es parte de un acuerdo entre el Departament de Cultura del Ayuntamiento de Tarragona y la Empresa Municipal de Transports Públics de Tarragona, EMT. La EMT había mostrado su interés en que hubiera actuaciones en vivo en la terminal y Cultura, que se encarga del proyecto ‘Músics al carrer’, buscó la manera de que se llevara a cabo.

Para ello se están realizando pruebas acústicas tanto en el interior de la estación como en los andenes, con la idea de controlar diferentes aspectos como el volumen, la intensidad y los tipos de instrumentos que se podrán tocar, entre otros.

De momento basta con darse una vuelta para ver cómo cuando D-James comienza a cantar con su guitarra el ambiente se hace más ligero y todo parece menos árido. La gente camina más despacio y los que esperan se ven más relajados. De hecho, los propios vigilantes de seguridad le han contado que mientras él canta todo está mucho más tranquilo y tienen que realizar menos actuaciones. «La música amansa a las fieras», explica sonriente.

Burbuja de alegría

Los que esperan al autobús dicen que con la música en vivo «la espera es más amena»; «No se hace tan largo»; «Uno como que se olvida un rato de los problemas»; «Cambia el ambiente»; «En Barcelona hacen lo mismo y siempre me ha encantado»...

D-James explica que, aunque se gana bien la vida tocando en la calle, hace música sobre todo por «un tema espiritual». Lo que le gusta, reconoce, es formar «esa especie de burbuja de alegría que crea la música cuando conectas con otras personas».

Tiene 30 años de experiencia en la música y muchos tocando en la calle. Resume su repertorio como «clásicos del pop-rock de todos los tiempos en inglés, castellano y catalán». En su repertorio no faltan los Beatles, Queen, Dire Straits, La Guardia, Los Secretos o Sau. Eso sí, él no improvisa. «La mayoría de los músicos que estamos en la calle no improvisamos, tenemos un repertorio trabajado», explica.

Eso no quita que mientras está tocando se acerque un señor a pedirle con insistencia que le toque «una de Bob Dylan». Normalmente si las peticiones están en su repertorio complace a los viandantes y si no, si tiene tiempo, se prepara las canciones para otra oportunidad.

‘I will survive’

Pero la estación no es el único sitio de la ciudad que ha comenzado a llenarse de música en los últimos meses. En algunos casos se trata de artistas profesionales cuya actividad se ha quedado parada con la pandemia.

«Cada vez somos más», corrobora D-James, y la idea es que la convivencia con los ciudadanos siga siendo buena, por lo que hace las veces de moderador de las relaciones entre músicos, Ayuntamiento y vecinos.

Cuando nos marchamos le dejamos cantando «I will survive» (Sobreviviré). Ojalá sea una buena premonición para él y el resto de músicos de la calle.

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