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Efectivos de los servicios de Información de la Policía Nacional detuvieron el domingo a primera hora de la tarde en la localidad sevillana de Montellano a un menor de origen sirio que tenía previsto inmolarse esta misma semana, a la vuelta del parón académico del fin de semana, en el instituto al que asistía de este pueblo hispalense de 7.000 habitantes.
El adolescente, que estaba matriculado como repetidor en tercero de la ESO, fue sorprendido el domingo mientras practicaba con diverso material explosivo en un descampado a las afueras del pueblo. En el registro del domicilio de este joven yihadista de 16 años, en la calle Cuesta Bernardo, los agentes encontraron, además de sustancias explosivas listas para explosionar, un chaleco como el que usan los terroristas para suicidarse y la vestimenta típica que los 'mártires' utilizan antes de inmolarse.
Los funcionarios tuvieron que desplazar hasta la casa equipos TEDAX y perros detectores de explosivos por la volatilidad de las sustancias que almacenaba, tales como ácido sulfúrico, pólvora, acetona o aguafuerte. Además, en la casa, a vista de todo el mundo, había un hacha, imágenes de armas de guerra y una libreta con fórmulas para fabricar explosivos caseros.
«Mañana es el gran día» El hecho de que todos esos productos e imágenes estuviera a la vista llevó a los agentes a detener preventivamente a la madre del menor, de oficio costurera, quien además habría comprado algunas de las sustancias con las que se había elaborado el explosivo. El arrestado, además, el domingo mandó a varios compañeros un mensaje de WhatsApp con el texto: «mañana es el gran día».
Mandos del operativo explicaron que el presunto yihadista era miembro de una familia de refugiados siria que llegó a España en 2022, compuesta por el padre, la madre, el detenido y una pequeña que ahora tiene ocho años. Los progenitores se habían separado y hace un mes el yihadista vivía solo con su madre y su hermana, aunque pasaba temporadas con su padre en Badajoz.
El joven, que ya había sido expulsado el año pasado del instituto por portar un cuchillo a clase, estaba bajo el radar de los servicios antiterroristas desde el mes de octubre cuando su actividad de proselitismo integrista en la red hizo saltar todas las alarmas. Desde entonces había sido sometido a un «exhaustivo seguimiento» ante la peligrosidad y los niveles de radicalización a los que había llegado en un tiempo muy corto.
La detención de este presunto joven terrorista se precipitó al domingo, provocando un fuerte revuelo en el pueblo, cuando el adolescente comenzó a detonar los explosivos que llevaba en una mochila en un descampado. Los funcionarios vieron en estos ensayos la inminencia del atentado que llevaba semanas planeando y decidieron intervenir.
Esta previsto que el adolescente yihadista declare este martes ante la Fiscalía de Menores de la Audiencia Nacional. Los agentes tienen aun pendiente de decidir si pasan a disposición judicial a la madre del presunto terrorista que, aunque nunca avisó de que su hijo acumulaba material explosivo en casa, sí que en última instancia se sumó a las alertas de los vecinos sobre los inquietantes WhastApps que había mandando el adolescente a sus compañeros.
