El Tiempo
Estado Carreteras
Whatsapp
Encuesta
Directorio Empresas
Juegos
En la noche del pasado 1 de septiembre, una llamada entró en la comisaría de la Policía Local de Torredembarra. En una vivienda de la calle Gibert una discusión traspasaba muros y se oía por el vial.
La patrulla de la Policía Local se personó en el número indicado por los vecinos y en la puerta de la vivienda confirmaron el tono elevado de una pareja que discutía. Los agentes llamaron a la puerta y la mujer, de 23 años, abrió.
Los agentes hablaron con los dos integrantes de la pareja, que tienen un hijo en común. Y cada cual explicó la versión de lo ocurrido poco antes de la llegada de la patrulla.
Al marger de quién ajustaba más la versión de los hechos a la realidad, lo cierto es que el detenido estaría cocinando con una paella llena de aceite y ésta terminó en el suelo con el líquido desparramado y él con un golpe en la cara.
Ella por su lado, tenía otras contusiones en las piernas y al parecer terminó arrinconada en el baño con las amenazas y empujones del arrestado. Él acusándola de querer tirarle el líquido todavía sin temperatura para quemaduras.
Ante la situación, los agentes consideraron que debían proceder a la detención del hombre y acusarlo de un delito de violencia en el ámbito del hogar. Las mismas fuentes reconocen que la pareja tiene un juicio pendiente por un delito de violencia de género este mismo año.
El ojo morado
Si la detención del vecino de la calle Gibert se producía a caballo del día 1 y 2 de septiembre. Otro torrense terminaba arrestado por un delito de violencia machista al mediodía del día 2. En aquella ocasión, la víctima había acudido días antes a la comisaría de la Policía Local a explicar los hechos. Además era visible la contusión en el ojo que presentaba la víctima.
Los agentes abrieron diligencias y buscaron a la pareja de la víctima, un hombre de 33 años, que lo encontraron el día 2 en la vivienda de ambos en la calle Isaac Peral.
