22 meses de cárcel por robar un móvil con violencia en Tarragona

Los hechos ocurrieron la madrugada del 17 de diciembre del año pasado, en la zona de la calle Trinquet Vell, en la Part Alta

11 abril 2018 10:10 | Actualizado a 12 abril 2018 12:23
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El Juzgado de lo Penal 3 de Tarragona condenó a un hombre a cuatro años y tres meses de prisión por haber robado un teléfono móvil con violencia. Sin embargo, ahora la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Tarragona ha rebajado considerablemente la pena y la ha dejado en 22 meses de prisión. 

Los hechos ocurrieron sobre las cinco de la madrugada del 17 de diciembre del año pasado en la zona de la calle Trinquet Vell, en la Part Alta. Allí estaban dos amigos. Como uno se encontraba indispuesto, el otro se acercó a un grupo formado por unos cuatro miembros –entre ellos, el ahora condenado– para pedirle un pañuelo. 

Dos jóvenes se abalanzaron sobre la víctima. Mientras uno la sujetaba fuertemente por la espalda para inmovilizarla, el otro le registró los bolsillos y le sustrajo el móvil.

Los asaltantes se dieron a la fuga, siendo perseguidos por la víctima y su amigo. Los ladrones les lanzaron una botella para evitar que les alcanzaran, rompiéndose en el suelo. 

En un momento dado de la persecución, la víctima alcanzó al acusado y le pidió que le devolviera el teléfono. Pero el ladrón logró de nuevo darse a la fuga y se reemprendió la persecución. En la confluencia de la Via Augusta con la Rambla Vella, la víctima encontró una patrulla de la Guàrdia Urbana. Los agentes lograron detener al acusado, que estaba sentado en un banco del Parc de les Granotes. Sus compinches lograron escapar con el teléfono móvil.

La víctima no recuperó su teléfono móvil y además durante el asalto perdió sus gafas graduadas. Asimismo, sufrió lesiones de carácter leve.
La Audiencia Provincial, a la hora de rebajar la pena, entiende que en la persecución, cuando los ladrones lanzaron una botella de cristal a sus perseguidores, no tenían intención de atentar contra su integridad física.

El ahora condenado ya había sido sentenciado el 11 de mayo de 2017 por otro Juzgado de lo Penal a dos años de prisión por un robo con violencia. La pena quedó en suspenso si durante dos años no delinquía de nuevo. Finalmente lo volvió a hacer al cabo de siete meses.

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