Crónica
Una ruta por el Tinglado 4 de Tarragona, para explorar el pasado mitológico de la ciudad
La visita guiada se llevó a cabo ayer en el Museo Nacional Arqueológico de Tarragona, en el cual los allí presentes pudieron conocer las principales creencias de los romanos gracias a bellas piezas allí expuestas

La visita contó con numerosos asistentes que quisieron conocer más sobre el pasado mitológico de Tarragona.
Más de 2000 años nos separan de la gloriosa época del imperio romano, concretamente en el período de tiempo en el que el emperador Augusto se hospedó en Tarragona durante dos años de su vida.
Y a pesar de que la ciudad que conocemos hoy en día ya no guarda similitudes religiosas con la antigua Tarraco, sí es cierto que hay muchos factores y descubrimientos que nos enseñan la faceta de antaño. Concretamente se pudieron conocer ayer por la mañana, durante una de las visitas guiadas veraniegas programadas los domingos en el Museo Nacional Arqueológico de Tarragona. En esta última edición, los allí presentes pudieron conocer más sobre la mitología romana.
Como no pudo ser de otra forma, el guía comenzó la visita explicando el origen mitológico que los romanos le atribuyeron a la ciudad. La épica historia de los hermanos Rómulo y Remo, cuya leyenda cuenta que fueron amamantados por una loba y que posteriormente lucharían entre sí por saber dónde se situaría la ciudad que querían construir. En este caso, Roma. Por el nombre se puede deducir quién ganó, ya que fue Rómulo quien mató a su hermano. Si no hubiera sido así, tal vez el nombre de la actual capital italiana sería distinto.
Los miembros de la visita reaccionaron fascinados ante esta historia, sobre todo los más pequeños de las familias, que miraban con caras de sorpresa.
Los romanos formaban una civilización muy creyente en sus costumbres, así como en las divinidades que las protagonizaban. Tanto fue así que, al igual que muchas sociedades históricas, realizaban sacrificios y ofrendas a sus dioses. Esto también lo pudieron comprobar ayer los visitantes gracias a distintas vasijas de cerámica muy bien conservadas y expuestas en el tinglado, en las cuales se han encontrado restos que demuestran que servían para almacenar elementos como vino, hierbas o partes de animales.
Aunque los romanos no solamente le rezaron a sus dioses, sino que también divinizaron a distintos mortales que tenían rangos diferenciados entre la sociedad. La mayoría eran importantes, aunque hubo casos como el de Antínoo, el esclavo del emperador Adriano, que fue divinizado porque quiso sacrificarse por su emperador y amante, ya que se creía que este último iba a morir ahogado según una profecía. Tras ahogarse y evitar la profecía que creían que iba a matar al emperador, Adriano ordenó hacer numerosos retratos de Antínoo, y uno de ellos fue encontrado en Tarragona.
Con todo, fue una visita guiada que sirvió para repasar el increíble pasado mitológico de la ciudad, la cual, tras muchos milenios que pasen, seguirá contando siempre con el favor de los antiguos dioses romanos.