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Patrimonio

La huella del emperador Augusto en Tarraco

Coincidiendo con la conmemoración de los 25 años como Patrimonio de la Humanidad, el Museu d’Història de Tarragona programa una actividad para conocer el paso de este personaje ilustre por la ciudad

Anna, con la imagen coloreada de August, en la Antiga Audiència.

Anna, con la imagen coloreada de August, en la Antiga Audiència.ANGEL ULLATE

Núria Riu

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El esplendor de Tarraco no se explica sin el paso del emperador Augusto por la ciudad. Y, ya sea por esto o porque este siempre estará ligado a Tarragona –teniendo en cuenta que nació el día de Santa Tecla y murió el día de Sant Magí– el sucesor de Julio César es uno de los grandes protagonistas de la conmemoración de los 25 años como Patrimonio de la Humanidad.

Para conocer la huella de quien es considerado el Princeps, o el primero entre los iguales, el Museu d’Història de Tarragona estrenaba ayer la actividad ‘Tal dia com avui: el naixement i la mort d’August’. La actividad es un paseo lleno de datos, anécdotas y leyendas de la mano de Anna, de la empresa Auriga Serveis Culturals, que en todo momento sumó interés y dinamismo a unas explicaciones que hacen que una hora y media de recorrido casi parezca el tiempo que dura una bolsa de chuches en el patio de un colegio.

El punto de inicio, la Antiga Audiència. Allí, los treinta asistentes empezaban a hacerse una idea del poderío, las fobias y supersticiones de un Augusto que hoy podría considerarse uno de los más grandes «propagandistas» de la historia. Y, una muestra de ello es la estatua que se encuentra en el mismo edificio, con la imagen coloreada del emperador, que Tarragona incorporó gracias a Tarraco Viva.

Las paredes del témenos, en la Catedral.

Las paredes del témenos, en la Catedral.ANGEL ULLATE

No se puede hablar del legado de Augusto sin mencionar el Recinte de Culte y, por este motivo, la Catedral es la segunda parada. Aquí se pueden conocer las excavaciones iniciadas en 2010 desde el Museu Bíblic. Los trabajos, que todavía continúan, permiten pasear por el témenos, las paredes que delimitaban el patio de este gran templo, sobre el que más tarde se asentó la basílica metropolitana.

El exedra del Recinte de Culte.

El exedra del Recinte de Culte.ANGEL ULLATE

Sin lugar a dudas, el edificio del Ajuntament es el que despierta más curiosidad. Aquí no hay restos, pero sí estatuas. No obstante, el interés está en el vínculo del personaje con Salvador Dalí, que en 1973 visitó la ciudad, coincidiendo con el bimilenario de la estancia del emperador en Tarraco. Algunos de los asistentes todavía recordaban un momento en el que se frustraron las expectativas del genio del Empordà de recorrer la ciudad con una comitiva de 400 elefantes. De esta efeméride queda un audiovisual y un cuadro junto a la galería de los alcaldes.Una muestra de excentricidad que solo un personaje como Dalí podía permitirse en el franquismo. Y, tras este paréntesis para el surrealismo, la Torre del Pretori cerró un paseo que todavía seguirá con otros cuatro pases hasta el 3 de octubre.

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