Comercio
La floristería de la Rambla Nova de Tarragona cumple 40 años de historia
Es la Floristeria Romeu, regentada por Sefa Mohedano, quien levantó la persiana del quiosco por primera vez cuando tenía 15 años

Día de la inauguración, el 12 de diciembre de 1985.
Pasear por la Rambla Nova y encontrarte con Sefa y sus flores es un regalo para cualquier tarraconense. Un regalo que hace 40 años que disfrutamos. El quiosco-Floristeria Romeu -ubicado delante del mítico bar Motoclub- cumple cuatro décadas desde que Sefa Mohedano levantó la persiana por primera vez.
Era en 1985 y la protagonista de esta historia tenia solo 15 años. "A mi no me gustaba estudiar y les dije a mis padres que quería abrir una floristería", cuenta Sefa Mohedano, quien ahora tiene 55 años. Su ambición no era fruto de la casualidad.
Mohedano nació envuelta de flores. Su madre, su tía y sus abuelos ya tenían floristerías repartidas por la ciudad. El tío de su madre fue el primero en abrir una floristería en el año 1905. Estaba en la Rambla Nova, justo en los bajos donde ahora hay el Capuccino. Su madre abrió el negocio en la Rambla Vella, y su tía en la Plaça Jacint Verdaguer, donde todavía está. Lo mejor de todo es que su hija también decidió hace unos años seguir los pasos de su madre y del resto de la familia y abrió una floristería en la Vall de l'Arrabassada.
"Desde muy pequeña he visto hacer ramos. En casa siempre había plantas y flores por todos los lados", explica Mohedano, quien recuerda como acompañaba a su abuela y a su tío a comprar género a Mercabarna. "Pasábamos toda la noche en Barcelona, y luego veníamos llenos a Tarragona para vender", explica la protagonista.
La Floristeria Romeu de la Sefa abrió puertas el 12 de diciembre de 1985. "Recuerdo que mi abuela me compró un Papa Noel gigante. El día de la inauguración había mucha gente. Cortamos la cinta e incluso nos hicieron un pilar los Xiquets de Tarragona", relata Mohedano.
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La floristería ha sido casa para Sefa. Llegó al quiosco siendo una niña, se casó y tuvo sus dos hijos. "He pasado por todas las etapas de mi vida aquí", dice, emocionada. "Recuerdo haber visto niños en cochecito que ahora ya están casados y vienen a comprar flores", añade.
Mohedano es consciente de la suerte que tiene de regentar una floristería en la Rambla Nova, una de las principales arterias de la ciudad. Pero no todo es positivo. Un quiosco en medio de la Rambla es sinónimo de calor en verano y frío en invierno. Mohedano hecha de menos la Rambla de hace treinta años, donde se concentraban las tiendas y cafeterías más top de Tarragona.
Tiene una clientela fija, de toda la vida. Y asegura que, en ocasiones, no solo hace de florista. "También ejerzo de psicóloga para los clientes. Hay que saber escucharlos", dice Mohedano, quien explica como algunas clientas, con el paso de los años, se han convertido en amigas.
Mohedano destaca como ha evolucionado la floristería en 40 años. "Antes, envolvíamos los ramos en papel de plata. Y, cuando veo fotos antiguas, me doy cuenta que tenía las flores más básicas. Ahora, hay mucha más variedad y todo está más trabajado", dice la protagonista, quien explica que ahora ya no se va a Mercabarna a recoger el género. "Ahora, se pueden hacer los pedidos por internet y, día sí día no, te traen las flores frescas", comenta.
Mohedano es una mujer fuerte, con una energía envidiable. Pero asegura que los años pesan y que sacar y meter día tras día los bártulos del quiosco-floristería es duro. Que si las mesas, que si los paraguas, que si las cajas y que si las flores. La burocracia tampoco ayuda, dice.
Justo hoy la Floristeria Romeu cumple 40 años y Sefa quiere compartir la celebración con clientes, amigos y conocidos. Durante toda la jornada de hoy, el cava no faltará en este pequeño paraíso de colores en medio de la Rambla Nova.