¿Se imaginan cocinar para 400 personas? Es lo que hicieron el pasado sábado los responsables del Bar Cortijo, situado en la calle Rebolledo que, como cada año –ésta era la edición número 20– preparan su particular desayuno a base de espineta amb caragolins, un plato que ya se ha hecho popular. Este año se prepararon 100 raciones más que en la pasada edición.
La preparación –con la ayuda de clientes habituales– se hizo en días previos, hirviendo los caracoles y desalando y cortando la espineta. Y el viernes fue el momento de pelar y hervir las patatas y de hacer el sofrito. Y el sábado se cocinaron dos paellas, en las que se echaron 40 kilos de caracoles, 40 de patatas, 20 de picada y sofrito y 40 de espineta. Muchos de los comensales optaron por llevarse la ración a casa. Otros se la comieron en las mesas de dicha calle. No sobró ni una ración.