Abre tu mente y disfruta

#seriesenvena
‘Love, Death & Robots ’.
La antología animada de Netflix es puro ritmo y estímulo continuo. Va directo a la vena.

29 marzo 2019 18:09 | Actualizado a 29 marzo 2019 22:46
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Si tenemos por un lado a David Fincher (director de Seven, El club de la lucha o El curioso caso de Benjamin Button, entre otras) como productor ejecutivo y por otro a Tim Miller (Deadpool 1) como director, sabemos que tenemos un producto de mucha calidad entre manos.

Y esto es lo que pasa con Love, Death & Robots, la última genialidad de Netflix. Esta serie es una antología de dieciocho cortos que van entre los cinco y los diecisiete minutos de duración. El título deja poco lugar a la imaginación aunque tal vez yo le añadiría un par de palabras más: sangre y violencia... mucha violencia.

Si tenemos que remitirnos al título, una vez vistos todos los capítulos, creo que hay algo de ‘love’, más bien es sexo puro y duro y no en demasiada cantidad, mucha ‘death’ y todos los robots que quieras. Y lo que sí que hay es mucha violencia en la mayor parte de los capítulos. Indudablemente es una serie para adultos por todo el abanico de temáticas que abarca y la forma de llevarlas a la pantalla. Love, Death & Robots no es para todos los públicos. Gran parte de sus cortos son ultraviolentos rozando lo gore... o sin rozarlo.

Aunque es verdad que también tienen cabida los cortos de humor y los más místicos donde la reflexión de quiénes somos, a dónde vamos y de dónde venimos también está presente.

En este sentido, una de las mayores joyas que tiene esta antología es Zima Blue, donde queda patente que las historias animadas también pueden ser profundas.

Un festín de animación
En esta serie nos encontramos con una gran muestra de diferentes tipos de animación. Tenemos desde clásica a fotorrealismo e imagen de videojuego. Hay mezcla de ficción real con animación, rotoscopia o anime, entre otros.

Cada vez que comienzas a ver un capítulo es un chute para los sentidos, con un acabado de cada una de las imágenes que componen los diferentes cortos brutalmente bueno. Pese a que la historia que se cuente en un capítulo en concreto no te acabe de convencer se compensa con la maravillosa técnica que se despliega en cada uno de ellos.

Ritmo, ritmo y más ritmo
Cada uno de los cortos es de su padre y de su madre. Es difícil encontrar un nexo de unión entre ellos, y tampoco creo que sea lo que han pretendido los creadores Fincher y Miller.

Pero si tal vez hay algo que los une es que todos y cada uno de ellos están orientados hacia la fantasía, la ciencia ficción en mundos distópicos. El apocalipsis está muy presente en gran parte de los cortos. Un mundo semidestruido que tiene que luchar contra todo tipo de monstruos, desde vampiros u hombres lobo a monstruos de basura, yogures superinteligentes o alienígenas de aspecto más que siniestro.

El humor también existe
Para mí quizás los cortos que más me han funcionado o gustado, aunque sean minoría, son los que tienen una vis cómica, será por mi manera de ser, pero considero que son pequeñas cápsulas de una genialidad enorme. Los capítulos Tres robots, Historias alternativas o Yogur al poder son de mis favoritos.

Disfrute asegurado
En definitiva, Love, Death & Robots es más que recomendable aunque el mundo de la animación no sea lo tuyo, como es mi caso.

He disfrutado a tope de todos y cada uno de los episodios. La calidad del producto final es innegable y al ser todos los cortos tan diferentes entre sí es más que probable que encuentres alguno que te guste o seguramente más de uno. Una curiosidad, que ya ha pasado a ser leyenda urbana, es que Netflix ha ordenado el listado de visionado de los capítulos según nuestra orientación sexual. Y la plataforma de streaming ya ha salido al paso rápidamente desmitiendo este hecho. Netflix se ha valido del carácter autoconclusivo de los episodios para elaborar cuatro secuencias de capítulos distintas, de tal modo que el orden en el que has visto la serie difiere, con probabilidad, del que ha disfrutado tu amigo.

Mi primer capítulo es La ventaja de Sonnie ¿y el tuyo?

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