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La ministra de Industria, Comercio y Turismo, sorprendía a todo el mundo el pasado lunes especulando sobre la posibilidad de que la Semana Santa (este año cae del 28 de marzo al 4 de abril) pudiese suponer el reinicio de los viajes nacionales, «siempre y cuando se den las condiciones de seguridad sanitaria», matizaba rápidamente. Las declaraciones de la ministra causaron un gran revuelo y tanto desde el propio Gobierno, como desde otros partidos políticos, mostraron su escepticismo sobre esta posible reactivación del sector turístico de cara a la próxima Pascua.
El sector turístico de la provincia de Tarragona también ha optado por un mensaje de prudencia, sobre todo teniendo en cuenta que lleva prácticamente un año afectado por una pandemia que lo está castigando especialmente. El portavoz de la Federació Empresarial d’Hostaleria i Turisme de la Provincia de Tarragona, Xavier Guardià, asegura en declaraciones al Diari que «ha llegado un momento en que hemos pasado de ser optimistas -como por ejemplo el año pasado- a preferir ser cautos. La gente está muy cansada y castigada y creemos que anunciar cosas que a lo mejor no pueden pasar puede ser todavía peor».
Guardià reconoce que en las palabras de la ministra de Turismo hay parte de verdad. «Es cierto que si los resultados de la campaña de vacunación son buenos, y bajan los contagios, será un poco más fácil que haya movilidad. Pero todo ello hay que cogerlo con muchos interrogantes y comillas porque está por ver cómo evolucionará la pandemia. Por ejemplo, cómo estarán en Navarra y País Vasco, dos comunidades desde nos visitan mucho. O saber qué dirán las autoridades sanitarias», asegura el portavoz de la FEHT.
La provincia de Tarragona es, históricamente, un destino de clientes nacionales, tanto catalanes como del resto del Estado. «Es la única esperanza que tenemos», comenta Xavier Guardià, quien añade que «como la Semana Santa es un corta, siempre es un período de alta incidencia turística. Pero, insisto, si hay movilidad y abrimos lo tenemos que hacer siempre y cuando haya una seguridad sanitaria y no pongamos en riesgo la temporada turística de todo el año».
El ejemplo más cercano lo tenemos en esta pasada Navidad, cuando -por intentar salvar las fiestas- la Generalitat de Catalunya aplicó unas medidas restrictivas laxas y ambiguas que permitieron una movilidad e interacción social y familiar que, a día de hoy, la estamos pagando con una tercera ola de la Covid-19 disparada por las nubes. Por eso, desde la Federació Empresarial d’Hostaleria i Turisme de la Provincia de Tarragona, tienen muy claro que «nosotros vemos bien que haya una cierta normalidad en Semana Santa, pero si por el hecho de que pase esto corremos el riesgo de volver atrás no vale la pena», asegura Guardià, quien finaliza diciendo que «la mejor publicidad que podemos hacer a nuestros visitantes es que estamos limpios y seguros. Que la gente crea en nosotros».
La propia presidenta de la FEHT, Berta Cabré, aseguraba hace unos días en una entrevista publicada por el Diari de Tarragona, que «tal y como está evolucionando la pandemia en Europa en estos momentos, no podemos asegurar si habrá campaña de Semana Santa. Lo tendremos que ver en los próximos meses. Lo que sí puedo decir es que los operadores turísticos internacionales ya se están empezando a mover e interesándose, pero quizás más de cara al verano que no por Semana Santa. Lo veremos».
No obstante, reconocía que si en Semana Santa al final se consigue hacer algo será «con un cliente de proximidad y no esperamos al cliente internacional hasta junio».
Los números de Fernando Simón
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, tiene muy claro donde están los límites para que en España pueda haber movilidad nacional esta Semana Santa. Preguntado sobre la esperanza de la ministra Maroto, Simón fue muy claro. «La situación en España sería aceptable para viajar en Semana Santa si estamos en una incidencia acumulada de hasta 150 casos de coronavirus por 100.000 habitantes en 14 días», aseguró el epidemiólogo.
Desde el Gobierno de España también han matizado mucho las declaraciones de la ministra de Turismo. La portavoz del Ejecutivo de Pedro Sánchez, María Jesús Montero, también fue muy explícita al respecto y dijo que «es difícil que en Semana Santa haya una movilidad normalizada y que exista una libre circulación de personas en el tránsito aéreo».
Especialmente crítico también fue el presidente de la Comunitat Valenciana, el socialista Ximo Puig, quien manifestó que al estar en el centro de la pandemia y en una situación «muy difícil», con muchas muerte , ingresos y nuevos contagios, «no es ninguna prioridad salvar la Semana Santa» y añadió que no pueden generarse falsas ilusiones a corto plazo.
