Alerta médica por el auge del intrusismo y las pseudoterapias

Crecen en Tarragona las consultas sobre bioneuromoción o biodescodificación. Las redes disparan la difusión ‘fake’. Ocho colegios de la salud, en pie de guerra contra la intromisión

21 noviembre 2021 11:10 | Actualizado a 21 noviembre 2021 16:18
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Si ve un nombre así, sospeche de inicio: psicoemocional, terapia de las emociones, bioneuromoción, reprogramación bioemocional, biodescodificación, gestión emocional. No es difícil hallar conceptos de esta guisa en carteles en las calles de Tarragona y, por supuesto, en las redes. «Todas las referencias a psicoemoción u otras palabras que acompañen a terapeuta suelen ya indicarnos algo. Pero lo importante no es tanto la técnica como saber quién hay detrás, quién la imparte, saber si tiene titulación y si está colegiado», indica Eva Llàtzer, presidenta en Tarragona de la Delegació del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya.

Es una de las ocho entidades del Camp de Tarragona que han puesto en marcha la campaña ‘STOP intrusisme’, con la difusión de un vídeo en las redes, para luchar contra las actuaciones profesionales de los que no están colegiados. Entre las organizaciones figuran algunas tan relevantes en el ámbito sanitario como el Col·legi Oficial de Metges de Tarragona (COMT), el Col·legi Oficial d’Infermeres i Infermers de Tarragona (Codita) o el Col·legi Oficials de Farmacèutics (COFT).

«Queremos que la gente sea consciente de la importancia de los colegios para regular la profesión. Con los profesionales que no están colegiados no hay garantía, no se puede actuar por una mala praxis con alguien que no pertenece al colegio», explica la doctora Mireia Garcia-Villarrubia, vicepresidenta del Col·legi Oficial de Metges de Tarragona (COMT).

El colectivo médico está algo más protegido y menos expuesto a esa amenaza, porque la colegiación es obligatoria para ejercer, aunque siempre hay riesgo de alguien que practique medicina alternativa al margen de la regla y la ortodoxia. «Donde hay más problemas es en el ámbito de la psicoterapia o de la fisioterapia. Siempre hemos luchado contra esto, pero ahora hay un incremento por el poder de las redes sociales, la divulgación de los influencers o la difusión de ciertos mensajes vinculados por ejemplo a la vida ‘healthy’, que está tan de moda, o a la actividad física. Va en esa línea», dice la representante del COMT.

En la psicología el problema está más enquistado. «El intrusismo es un fenómeno que se ha sufrido desde siempre pero hemos visto cómo se ha disparado con la pandemia, a través de algunas redes sociales como Tik Tok, donde podemos ver recomendaciones sobre ejercicio físico, cuestiones sobre bienestar emocional, incluso recetas. Atañe a cualquier incidencia sobre la conducta humana, sobre las emociones. Se ve en las redes, en pequeños consejos o recomendaciones. Es algo muy ligado a las pseudoterapias», añade Llàtzer.

Conceptos como el desarrollo personal también son sus susceptibles de incurrir en esta mala praxis. Llàtzer incide en la importancia de que el «ciudadano sepa a dónde se dirige, también para pedir responsabilidades en el caso de que algo salga mal». «Todas las personas colegiadas tienen una responsabilidad civil, un mecanismo para responder ante cualquier circunstancia anómala», dice.

En los últimos tiempos, la biodescodificación, una medicina alternativa difundida por personajes mediáticos como Paz Padilla, Dulceida o Anabel Pantoja, «entraría dentro de las pseudoterapias, porque no tiene ningún origen ni ningún estudio científico que la pueda avalar», añade Llàtzer.

«Formaciones no regladas»

Otro colectivo especialmente inmerso en la batalla es el de los fisioterapeutas. Ismael Martí es vocal de la junta de gobierno del Col·legi de Fisioterapeutes de Catalunya y coordinador del grupo contra el intrusismo: «Nos encontramos con gente que ejerce después de haber hecho formaciones no regladas, que son de conocimiento pero que no dan competencia. Es como si voy a una academia, hago un curso y pienso que estoy ya capacitado. Eso no acredita para trabajar».

El problema, según Martí, es que «esas personas piensan que valen y comienzan la actividad con titulaciones que no capacitan, a veces de una manera involuntaria, porque se les engaña en el curso diciendo que eso les permitirá montar su negocio o trabajar de eso». Martí incide en que se trata de «estudios no reglados que proliferan» y que, en último término, «se está engañando a la población». La mala praxis deriva en que «haya gente, por ejemplo, haciéndose un tratamiento para las lumbares en un sitio en el que no le toca, igual que pueda hacer alguien coaching en la clínica de alguien que no está colegiado». En el caso de estos perfiles, el ejercicio debería quedar limitado «a masajes desde el punto de vista estético, de relax o de preparación deportiva, pero el problema es que se hace también cuando hay una lesión, y es ahí donde todo se complica. Además, suelen cobrar precios más altos y tienen un margen de beneficio mayor».

Los colegios tarraconenses, en su comunicado conjunto, advierten de que «los clientes y víctimas de estas actuaciones pueden sufrir riesgos físicos y mentales, lesiones o enfermedades derivadas de malas praxis que pongan en riesgo su salud». También alertan de los peligros de la «divulgación de falsas creencias», que perjudican la salud y «actúan en detrimento de la buena praxis profesional».

Martí considera que la proliferación es tan elevada que «no damos abasto», sobre todo porque perseguir este tipo de prácticas se topa con algunos vacíos legales. «Por un lado, Sanidad es consciente del problema pero no puede intervenir precisamente porque esas personas no están colegiadas. En Educación tampoco pueden hacer nada porque se trata de estudios no reglados», apunta Martí.

«Situación de indefensión»

La vía, pues, pasa por las reclamaciones a Consumo, una senda en la que también hay escollos. «Hay tantos centros que no pueden atender a todos. Primero hablamos con el establecimiento, les decimos que están publicitando algo que es engañoso. Si no lo hacen, es entonces cuando podemos ir a Consumo y ellos sí lo tiran adelante, enviando un inspector. La justicia también es otra posibilidad y actuamos ahí, pero es un proceso que tarda mucho y cada vez que el Col·legi va es un dineral», admite Martí.

Ante estos riesgos, es primordial que los clientes, para no ser «víctimas de una situación de indefensión» se cercioren muy bien de a qué consulta se dirigen. Reclamar la colegiación de la persona que hace el tratamiento o comprobar que el profesional figura en los directorios de las páginas oficiales de cada colegio son algunas recomendaciones para combatir esta tendencia en auge, que prolifera transversalmente alrededor de la salud. Otras entidades que impulsan la iniciativa ‘Stop intrusisme’ son el Col·legi de Dietistes-Nutricionistes de Catalunya, l’Il·lustre Col·legi Oficial de Veterinaris de Tarragona y el Col·legi de Professionals de l’Activitat Física i l’Esport de Catalunya.

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