Aparcar en El Serrallo sin pagar, misión casi imposible

Los más perjudicados son los restauradores, quienes piden soluciones para no perder clientes. El Ayuntamiento trabaja en la ampliación del parking disuasorio de la Tabacalera

12 mayo 2021 19:20 | Actualizado a 13 mayo 2021 10:12
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Llega el buen tiempo y apetece ir al Serrallo a comer una paella o tomarse un helado. El plan es perfecto sino fuera porque, al llegar al barrio marinero, aparcar el coche gratis se convierte en una odisea. Los principales perjudicados son los restauradores, quienes aseguran que a los clientes casi les cuesta más caro el parking que el menú. «Hay algunos que, cuando ya han hecho dos vueltas y no encuentran aparcamiento, optan por irse a otro lugar. Perdemos clientes», dice Xavier Veciana, propietario del restaurante Xaloc. Por su parte, el Ayuntamiento y la empresa municipal de Aparcaments (AMT) trabajan ya en la ampliación del aparcamiento disuasorio de la Tabacalera, en el Passeig de la Independència.

Actualmente, las opciones que hay para aparcar gratis son algunas de las calles del interior del barrio –principalmente Salou y Lepant– y el aparcamiento disuasorio –gratuito los fines de semana– de delante de la Tabacalera. A quien no le importe pagar, puede dejar el coche en el parking subterráneo ubicado en la entrada del Serrallo, gestionado por una empresa privada y a 3,05 euros la hora. La falta de aparcamiento perjudica a los restauradores porque la clientela prefiere ir a una zona donde aparcar gratis sea más fácil. Pero también afecta a los vecinos, quienes, dependiendo de la hora, se las ven y se las desean para poder dejar el coche al llegar a casa.

Xavier Veciana, propietario del restaurante Xaloc, explica que «hay gente de Tarragona que viene hasta aquí a dejar el coche y lo deja durante dos o tres semanas, aprovechando que es gratis. Somos el parking de la ciudad. Esto implica que no hay rotación de vehículos y que, cuando vienen vecinos y clientes, se ven obligados a dejar el coche en un aparcamiento de pago». Según Veciana, «la solución sería, quizás, que se regularán las plazas de aparcamiento, poniéndose zonas verdes o naranjas, para perjudicar lo mínimo posible a los vecinos del barrio».

En esta misma línea, la Associació de Veïns del Serrallo asegura que el problema se concentra en las horas de máxima afluencia en los restaurantes. «Pedimos al Ayuntamiento que valorase la posibilidad de dar prioridad a los vecinos a la hora de aparcar. Ya sea con zonas verdes u otras opciones», explica Justo Velilla, portavoz de la entidad, quien añade que «la idea es que sea más económico para los residentes».

El Consistorio estudia la posibilidad de poner zonas verdes en el barrio marinero

El parking subterráneo

Otro de los problemas, según los restauradores, es el precio del parking soterrado. «Vengo de una comida de empresa. He dejado el coche 93 minutos exactos y me han cobrado 4,75 euros», explicaba ayer Carlos Masnou, un vecino de Riudoms, que aparcaba por primera vez en el lugar. «Me ha costado lo mismo que la mitad del menú», añadía Masnou, quien destacaba el mal estado de las instalaciones. Y es que un buen número de plazas están inutilizadas por la presencia de goteras.

El aparcamiento subterráneo del Serrallo –titularidad del Port de Tarragona– es gestionado por la empresa APK2, encargada de explotarlo hasta el año 2003. El Port hizo una concesión a 30 años. En la época del gobierno de Josep Fèlix Ballesteros, se hicieron algunos pasos para convertir el parking en municipal con el objetivo de reducir las tarifas y nivelarse con el resto. El procedimiento fue más complicado de lo previsto y, finalmente, se optó por tirar atrás la operación.

"Hay clientes que, si dan dos vueltas y no encuentran parking, se van a otro sitio a comer"

Fuentes de la empresa insisten en qué hay la opción de la tarifa plana –4,95 durante todo el día–, siempre que el usuario se descargue al móvil una aplicación. Pese a que esta era una de las históricas reivindicaciones de los restauradores, el sector cree que no todos los usuarios tienen la capacidad para descargarse la APP.

Durante mucho tiempo, los propietarios de bares y restaurantes optaron por comprar tíquets, a precio reducido, a la empresa concesionaria del parking, y regalarlos a sus clientes. Esta inversión les obligaba a subir el precio del menú. Ahora son muy pocos los que dan tíquets gratis a sus clientes.

Manolo Oliveria es propietario del restaurante A bordo del Serrallo. Asegura que «a veces me encuentro que tengo reservas de clientes de fuera de la ciudad, pero cuando ya han dado un par de vueltas por la zona y no han encontrado aparcamiento, se van, dejándome colgado». Oliveira pide medidas urgentes a las administraciones para facilitar el parking como incentivo.

"La gente que visite El Serrallo no debe aparcar dentro, sino cerca"

Cambio de mentalidad

La Associació de Veïns del Serrallo no ve tan grave el problema. Asegura que «la dificultad de encontrar aparcamiento en El Serrallo es la misma que en otros puntos de la ciudad», asegura Velilla, quien, por otro lado, reconoce que en las horas puntas de comidas en fines de semana, la cosa se complica. Pese a ello, la entidad vecinal insiste en qué la clave de todo es la pacificación del interior del barrio. «El objetivo es dignificar las calles, poniendo al mismo nivel la acera que la calzada para ganar amplitud y accesibilidad, y eliminar coches», explica Velilla. Vecinos y Ayuntamiento coinciden en la concepción del barrio en un futuro a corto plazo. Opinan que «la gente que visite El Serrallo no debe aparcar dentro, sino cerca. Es necesario un cambio de mentalidad», asegura Xavi Puig, concejal de Urbanisme del Ayuntamiento de Tarragona. Por su parte, el representante de la asociación de vecinos insiste en qué «deberemos acostumbrarnos, igual que nos acostumbramos a no entrar a la Part Alta para aparcar».

La empresa municipal de Aparcaments (AMT) tiene previsto ampliar el parking disuasorio de delante de la Tabacalera. Hace unos meses, el Ayuntamiento expropió una nave abandonada en el Passeig de la Independència para poder habilitar el nuevo disuasorio.

Con esta operación, se doblaría la capacidad, llegando a las 118 plazas. Actualmente, se está redactando el proyecto ejecutivo. Una vez finalizado, será el momento de licitar los trabajos, lo que se alargará, al menos, entre dos o tres meses más. Finalmente, serán necesarios dos meses para hacer las obras. La previsión es que el nuevo disuasorio empiece a funcionar en septiembre y que cueste aproximadamente 100.000 euros.

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