Ballesteros, contra las cuerdas tras las cargas policiales del domingo

Prats, a un paso de romper el pacto, y los partidos soberanistas piden la dimisión por su ‘inacción’ mientras se producían los hechos

02 octubre 2017 20:08 | Actualizado a 02 octubre 2017 20:21
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El cúmulo de hechos del domingo están generando un auténtico ‘tsunami’ en la política catalana, que podría tener afectaciones también a nivel local. La situación de violencia que se vivió en algunos colegios electorales de Tarragona pone a Ballesteros en una difícil situación, y la estabilidad de Gobierno que consiguió tras el pacto con el Partido Popular (PP) y Units per Avançar (antigua Unió) se estaría tambaleando. Josep Maria Prats está a un paso de romper el compromiso suscrito el día 2 de febrero de 2016. Así lo informó en un comunicado en el cual calificó de ‘menospreciables y vergonzosas’ las escenas que se vivieron en la ciudad.

El responsable del área de Cultura condena «el uso indiscriminado de la violencia que se ejerció contra los ciudadanos que libremente habían decidido hacer uso de su libertad». Por lo que ya ha solicitado una reunión de urgencia con el alcalde para abordar su continuidad en el equipo de gobierno.

La situación del domingo ha contribuido a tensar aún más la relación con la oposición. Ayer el conjunto de las formaciones soberanistas solicitaron la dimisión del alcalde y le acusaron de «cómplice» con los hechos que se produjeron. 
Desde el PDeCat, Albert Abelló aseguró que «el alcalde es responsable de lo que pasó, ya que no debería haberlo permitido o al menos estar en la primera línea con los heridos». En cambio, denuncia que «la Guàrdia Urbana se encargaba de cortar el tráfico mientras la Policía Nacional estaba a punto de intervenir en el instituto Tarragona, facilitándoles que pudieran pegar a la gente».

Por parte de Esquerra Republicana, Pau Ricomà apuntó que la actitud del máximo responsable municipal «es de una pobreza de espírutu que no representa a la ciudadanía». «Que resalte que se movieron tres contenedores, con todo lo que pasó, es de un alcalde indigno», añadió.

También fue muy crítica la líder de la CUP, Laia Estrada, quien denunció que «la Guàrdia Urbana facilitó la dura represión, cortando calles para que se pudiera desplegar el dispositivo policial. Una postura que no tiene que ver con si estás a favor o no de la independencia, y que dista de la actitud que adoptaron algunas alcaldesas de su mismo partido».

La edil de ICV-EUiA, Arga Sentís, atribuyó toda la culpa al Gobierno del Partido Popular y no quiso sumarse a las críticas por la actuación de la Guàrdia Urbana. «Si alguien piensa que su actuación fue incorrecta, que pida las explicaciones necesarias».

El único apoyo que recibe la gestión de Ballesteros es el del grupo municipal de Ciutadans. Su líder en la ciudad, Rubén Viñuales, argumenta que «el Ayuntamiento, dentro de sus competencias, hizo lo que debía». Para los de la formación naranja «la situación no es la deseada para nadie y ninguna de las partes puede hablar de éxito cuando lo que vimos fue algo que ninguna persona en su sano juicio quería».

El líder del Partido Popular, José Luis Martín, no quiso valorar los hechos ocurridos en la ciudad.

 

 

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