Batet ve peligrar la mayoría absoluta pero no su victoria en Valls

La aparición de movimientos como Crida Municipalista-CUP y Compromís per Valls-ICV puede ayudar a construir una oposición, pero difícilmente conseguirá derribar a CiU

19 mayo 2017 22:53 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:08
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En Valls, Convergència i Unió se presenta a las elecciones como favorita. Después de gobernar la ciudad desde 2003, parece difícil que otras agrupaciones puedan hacer sombra al partido de Albert Batet y su equipo. Desde la izquierda se trabaja para construir una oposición que desmorone la mayoría absoluta de CiU, pero la falta de coaliciones y la aparición de nuevas candidaturas prevé la fragmentación de voto y la imposibilidad de una oposición unificada.

La ‘renovación’ parece ser la carta más poderosa que tienen los partidos alternativos. Mientras CiU se presenta con una lista idéntica a la de los pasados comicios (con un par de cambios), la CUP y Compromís-ICV apuestan por el cambio con caras totalmente nuevas. De hecho, son estas dos agrupaciones las que presentan las principales novedades en la capital del Alt Camp.

Por un lado, la CUP suma esfuerzos con Crida Municipalista per Valls, una iniciativa que se autodefine como «social y política» con el objetivo de ofrecer una «renovación democrática». Del otro, Iniciativa se presenta bajo el nombre Compromís per Valls con la finalidad de «ampliar el espacio de los ecosocialistas», además de situar el partido en el mapa de agrupaciones a favor de la independencia de Catalunya. Ramon Font, su cabeza de lista, se enfrenta, no obstante, a la poca tradición vallense de votar a ICV, un partido que en la capital del Alt Camp nunca ha conseguido entrar en el consistorio. Solo hay como precedente las municipales de 1995, año en el que IC se presentó junto a la CUP, coalición que obtuvo un regidor.

En el caso de ERC, la candidatura intentará subir posiciones gracias al empujón que les ofrece el proceso soberanista.

Entretanto, el PSC trabaja para detener la caída libre que sufrió en las pasadas municipales, en las que pasó de siete a tres concejales. Lejos quedan los años de gobiernos socialistas y los acuerdos con Esquerra de los 90, que permitieron unir esfuerzos y evitar que Convergència se hiciera con la alcaldía en dos ocasiones: en 1995 y 1999. Ahora, ambos partidos intentan remontar y, con la situación política actual, es impensable que ERC y PSC lleguen a algún tipo de acuerdo para hacer frente a CiU.

Por otro lado, el PP sigue apostando por Francesc Caballero, el número uno desde 1999. Es el único concejal que los populares han tenido en Valls, siempre manteniéndose en los 700 votos, una cifra que no parece que vaya a cambiar ahora.

Teniendo en cuenta la buena gestión económica del ayuntamiento con la reducción del endeudamiento municipal de forma importante y el remanente de tesorería positivo de dos millones de euros en 2014, CiU tiene buenas cartas para ser la fuerza ganadora. Aún así, la mayoría absoluta es un objetivo mucho más difícil. ERC y la CUP subirán posiciones, y si Compromís-ICV logra entrar en el consistorio, CiU se podría encontrar con una amplia oposición de izquierdas.

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