La maestra e investigadora Pilar Benejam fue investida ayer doctora honoris causa por la Universitat Rovira i Virgili (URV). Como maestra, Benejam ha divulgado nuevas corrientes de la geografía, y como investigadora, se ha centrado en el análisis de la docencia. Pero para ella, una y otra actividad no pueden desvincularse, y así lo explicó en su discurso de investidura, en el que reflexionó sobre qué es ser un buen maestro y, finalmente, qué papel tiene la universidad para formarlo. Es la séptima mujer distinguida como honoris causa por la universidad (hay 38 doctores hombres).
«Hace falta que el profesorado universitario tenga un conocimiento práctico de la escuela, al nivel para el cual pretenden preparar», afirmó.
Antoni Gavaldà, profesor del departamento de Historia e Historia del Arte, fue el padrino del nombramiento e hizo la ‘laudatio’ destacando las aportaciones de Pilar Benejam en cada momento de la historia del país en la segunda mitad del siglo XX. En su vertiente como maestra, su trayectoria profesional empezó a los años 60 en las escuelas Talitha, fuera del sistema educativo oficial. Benejam participó en los Movimientos de Renovación Pedagógica, los colectivos de maestros que colaboraron para conseguir una escuela pública catalana de calidad, que superara el modelo fascista y llegara a un modelo educativo en que el aprendizaje fuera por el descubrimiento por observación y por experimentación directa de los alumnos.
Como investigadora se convirtió en referente de la didáctica de las ciencias sociales. Su obra científica es dispersa porque ha participado en la elaboración de informes universitarios, para la Generalitat y para el Ministerio de Educación y Ciencia; es cofundadora de la revista ‘Enseñanza de las Ciencias Sociales’, y tiene libros de texto de varias editoriales. En total, una producción de más de un centenar de libros sola o en colaboración.
La rectora de la URV, María José Figueras, destacó durante el acto la «visión de futuro, la mirada crítica y analítica» de Pilar Benejam. Y resaltó la dignificación que esta maestra, «y maestra de maestros», ha hecho de la profesión en un momento de «cierto desaliento generalizado e intencional, en que el trabajo de los maestros se ha puesto en cuestión y es mirado con lupa».
