«Chorrea agua por toda la casa y no tenemos dinero para poner solución»

El pasado 1 de febrero, las fuertes rachas de viento arrancaron de cuajo la tela asfáltica del tejado

23 marzo 2021 06:39 | Actualizado a 23 marzo 2021 06:42
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«Chorrea agua por los marcos de las puertas, como si fuera una ducha, y el techo de la cocina se está deshaciendo por las filtraciones». Así vive María Isabel Barrionuevo y su familia desde el pasado 1 de febrero, cuando las fuertes rachas de viento registradas ese día arrancaron de cuajo la tela asfáltica que se usa para impermeabilizar el techo. Desde entonces, su vida, la de su hija y la de su nieto de cuatro años, se ha convertido en una pesadilla marcada por las humedades constantes. El seguro de la comunidad no cubre los desperfectos y los vecinos no pueden hacer frente a los gastos. La familia Barrionuevo es la más afectada por los daños y pide ayuda ciudadana.

Viven en un pequeño piso de la calle Prades del barrio de Torreforta. El pasado 1 de febrero, un fuerte viento huracanado se llevó parte de la tela asfáltica del tejado. El revestimiento fue desplazándose hasta quedar colgado. «Teníamos miedo de que la tela acabara cediendo y cayera encima de algún peatón», explica Barrionuevo. La comunidad llamó a los bomberos, quienes, según la versión de la testigo, «no pudieron hacer el trabajo debido al viento». Decidieron volver al día siguiente a acabar la faena.

Con la ayuda de los vecinos, consiguieron descolgar parte de la tela asfáltica y poner fin al peligro. Pero para Barrionuevo y su familia, la pesadilla acababa de empezar. 

Ese mismo día, las filtraciones ya comenzaron a hacerse notar. La comunidad llamó al perito quien, en un primer momento, aseguró que enseguida se volvería a instalar la tela asfáltica al tratarse de una actuación urgente. «Creíamos que era el seguro quien debía asumir los costes, ya que la póliza contempla que si las rachas de viento son superiores a 80 km/hora se considera siniestro total», explica Barrionuevo, quien demuestra que ese día las rachas fueron de entre 80 y 90 km/hora. Sin embargo, el perito concluyó en su informe final que la causa de los desperfectos fue una reforma del tejado realizada en enero del año pasado. 

El problema es que buena parte de los vecinos que viven en el bloque damnificado no tienen suficientes recursos económicos para hacer frente a la inversión, que asciende a 7.000 euros. «Hay morosos y ocupas que evidentemente no pagarán», explica Barrionuevo, quien hace un llamamiento a la ciudadanía para poder juntar el dinero y arreglar de una vez por todas la situación. 

Neumonía, tos y un embarazo

La vida de esta familia es un infierno. Los Barrionuevo viven en la tercera planta del edificio y su piso es el más dañado por el destrozo de la tela asfáltica. «Los días de lluvia son un horror. El agua no para de filtrar y las humedades son constantes. Los marcos de las puertas chorrean como si se tratase del teléfono de la ducha. Vivimos entre toallas. Además, el techo está sufriendo y tenemos miedo a que pase algo», explica María Isabel, de 51 años, quien añade que «yo no me acabo de curar la neumonía, me ahogo. Mi nieto de cuatro años no ha dejado de toser desde principios de febrero y mi hija dará a luz en cuatro semanas. Esta no es manera de vivir. Necesitamos ayuda de manera urgente». 

Barrionuevo ha escrito cartas al Defensor del Asegurado y al Ayuntamiento explicando su historia. «Se remiten a lo que me dijo el seguro, que era culpa de las reformas. Así que nada de nada», añade la protagonista, quien asegura que lo ocurrido ha empeorado su estado de salud, tanto físico como mental. Ahora, pide la colaboración ciudadana para poder instalar de nuevo una tela asfáltica que ponga el punto final a esta pesadilla.

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