Claves para acompañar en la distancia a pacientes de coronavirus

Recomendaciones de los psicólogos para los casos en los que no se puedan hacer visitas presenciales

29 mayo 2020 18:46 | Actualizado a 29 mayo 2020 18:49
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Con la bajada de casos de Covid-19 los hospitales comienzan de nuevo a permitir visitas con restricciones. No obstante, todavía puede haber circunstancias en las que no sea posible visitar al familiar ingresado o que no se pueda hacer con la frecuencia deseada.

El Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya editó la guía ‘Recomendaciones para afrontar la muerte de un ser querido durante el confinamiento por la epidemia de Covid-19’. En uno de sus apartados ofrece recomendaciones sobre cómo actuar con las personas queridas ingresadas. Algunas pueden ser útiles cuando no puede haber visitas presenciales.

Mantener el contacto

Recuerda la guía que pese a no poder acompañar físicamente, «sí podemos llamar por teléfono a la persona querida, y también pedir al hospital si pueden habilitar una tablet u otro dispositivo electrónico para que podamos mantener contacto visual... A pesar de no estar ahí con ella, intenta transmitirle todo lo que le querías hacer llegar. Haz un esfuerzo por actuar tal como lo harías en persona. Por ejemplo, es cierto que no puedes darle la mano, pero si crees que eso le gustaría, puedes decirle que se la cogerías muy fuerte mientras tomas la mano de la persona que tienes al lado».

Si la persona está en situación inequívocamente terminal aconsejan preguntarle cómo le gustaría pasar sus últimos momentos

Aconsejan no hacer suposiciones. «Pregunta: ‘¿Cómo te encuentras hoy?’, ‘¿Qué te preocupa?’. Es importante no hacer preguntas que conduzcan a la respuesta deseada, como «Te encuentras bien, ¿verdad?».

Se debe evitar dar consejos y centrar la comunicación en lo que es posible hacer ahora (no en lo que ya no es posible), «aumenta las afirmaciones positivas y minimiza las negativas», señalan.

Respetar el silencio

«Muestra respeto cuando la persona enferma no quiera hablar y disponibilidad cuando desee hacerlo. El silencio compartido transmite respeto a su dolor o a su deseo de permanecer callada en este momento, y facilita que esté tranquila y sosegada».

Hay que mantener la calma ante la ira de la persona enferma. «La rabia es una emoción muy frecuente en estos casos. Aunque en algunos momentos esta irritación vaya dirigida hacia el cuidador o cuidadora, estas reacciones suelen ser descargas emocionales ante el estrés al que la persona se ve sometida por la enfermedad».

Si la persona profesa alguna religión, le será muy reconfortante escuchar a un líder religioso. Todos los hospitales tienen acceso a voluntarios enviados por la Dirección General de Asuntos Religiosos. Se puede pedir que alguno de estos voluntarios ofrezca una atención telefónica u online. 

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