El Tiempo
Estado Carreteras
Whatsapp
Encuesta
Directorio Empresas
Un hombre que atracó un bar de Sant Pere i Sant Pau en el que había trabajado se le bajó el pasamontañas cuando se disponía a coger las bolsas con el dinero. Ello provocó que fuera reconocido por sus dos excompañeras de trabajo. Ahora, la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Tarragona ha confirmado la sentencia del Juzgado de lo Penal 2, que condenó al procesado a tres años y medio de prisión por un delito de robo con intimidación con uso de instrumento peligroso, con la agravante de disfraz y la atenuante de dilaciones indebidas. Asimismo, tendrá que indemnizar a la compañía aseguradora del local con 1.099 euros y con 556 al establecimiento.
Los hechos se remontan a las 00.30 horas del 24 de octubre de 2015, cuando el local estaba cerrado al público. El acusado accedió al interior con el rostro cubierto por un pasamontañas y esgrimiendo un cuchillo jamonero. Con él amenazó a las dos empleadas. Una de ellas cayó al suelo al tropezar mientras retrocedía. A consecuencia de ello se golpeó la cabeza y la espalda, sufriendo una contusión craneal y otra lumbar.
El acusado exigió a las trabajadoras que le entregaran el dinero. Se apoderó de dos bolsas que se hallaban debajo de la caja registradora, con monedas procedentes del cambio. Asimismo, solicitó las monedas que se hallaban encima de la barra y los billetes que se encontraban en la caja registradora. Se apoderó de 1.655 euros en total, de los que la compañía aseguradora abonó 1.099 euros al dueño del local.
En el momento en que el acusado iba a coger las bolsas con el dinero, se le bajó el pasamontañas, de modo que pudo ser identificado por quienes habían sido sus compañeras de trabajo. El hombre también les exigió sus teléfonos móviles.
Recurso de apelación
En su recurso de apelación ante la Audiencia Provincial, el abogado defensor se quejaba de la forma en que se identificó a su cliente. Aseguraba que las víctimas no obraron como pudiera esperarse de unas personas que han sufrido un robo con intimidación, ya que no llamaron directamente a los Mossos d’Esquadra sino que acudieron personalmente a la comisaría a denunciar al acusado con una foto ya impresa de él. Ademas, cuestionó que no hubiera grabaciones de la cámara de seguridad después de anunciar en la denuncia que las trabajadoras las iban a aportar. Finalmente, consideró que no pudieron ver el rostro del acusado.
La Audiencia rechaza el recurso y recuerda que incluso una de las trabajadoras reconoció al acusado por su chaqueta y sus vaqueros.
