Conexión Port-Diputació

La prioridad. El Govern quiere convencer a Josep Poblet para que presida el Port y sea relevado en la Diputació por Quim Nin. El plan B es el vicepresidente Josep Maria Cruset 

06 septiembre 2018 09:37 | Actualizado a 06 septiembre 2018 09:44
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El relevo de Josep Andreu en el Port de Tarragona es el secreto mejor guardado junto a la fórmula de la Coca-Cola. Tres meses después de que el presidente en funciones presentara su dimisión, el Govern sigue sin anunciar quién le sustituirá, por lo que Andreu sigue en el cargo sine die. Y parece que seguirá igual, como mínimo, durante algunas semanas más.

Todo va muy lento. Desesperadamente lento, hasta el punto de que a finales de este mes el Port debe negociar en Madrid su plan de empresa para el nuevo ejercicio ante Puertos del Estado. En este documento se definen, entre otros aspectos, el presupuesto de explotación y el plan de inversiones. Lo más lógico sería que fuera el nuevo presidente –y no Andreu– quien defendiera la propuesta para que sea aprobada, pero pasan los días y el Port sigue sin nuevo rumbo. 

A paso de tortuga, sin embargo, parece que alguna cosa empieza a moverse. El Govern tiene claro que quiere repetir en Tarragona la fórmula que usó en Barcelona para relevar a Sixte Cambra. En la Ciutat Comtal, la expresidenta de la Diputació, Mercè Conesa, cambió de administración y dejó su sitio en la corporación provincial al entonces vicepresidente –Marc Castells– para iniciar la nueva etapa portuaria. La voluntad es ahora trasladar a Tarragona esta pasarela entre la Diputació y el Port. Por ello, la prioridad de la Generalitat es convencer al presidente de la Diputació, Josep Poblet, para que deje la institución que preside desde 2007

Poblet es un hombre con una enorme experiencia en la gestión pública que mantiene un pacto de gobierno en la institución provincial con el PSC de Josep Fèlix Ballesteros en pleno procés soberanista, un hecho que le facilitaría ser bien visto por parte del Estado. La opción de Poblet no sería, además, ningún experimento: conoce el Port a la perfección porque forma parte de su consejo de administración gracias a su cargo como alcalde. No debe olvidarse que Vila-seca es, junto a Tarragona, uno de los dos municipios en los que se encuentran los terrenos de la Autoritat Portuària.   

El actual presidente de la Diputació mantiene una excelente relación con el conseller de Territori, Damià Calvet. Pese a que Poblet no forma parte del «pinyol» de Puigdemont ni apuesta por la vía unilateral, sí que ha tejido una buena relación con el conseller, a raíz de las negociaciones para el Consorci Recreatiu Turístic (CRT). Por ello, el conseller ya habría dado su OK a la operación. Calvet no quiere a un presidente con lazo amarillo, sino que prioriza la gestión en los altos cargos. Sin embargo, el cambio aún no ha sido avalado por el alcalde de Vila-seca. Este periódico ha intentado conocer la opinión de Poblet, pero éste, lejos de confirmar nada, asegura que la decisión «no está tomada» y niega ser una opción para el cargo. 

Si Poblet quiere ir al Port, irá. Según el PDeCAT, esto no le impediría presentarse a las elecciones municipales. Y aquí es donde se explica el regreso del exsecretari general de Presidència, Joaquim Nin, a la Diputació. De momento, el de Albinyana ocupa un escaño raso, pero nadie en el PDeCAT esconde que el objetivo es que tenga un papel más relevante. Será presidente si Poblet se va, y vicepresidente si se opta por el plan B para relevar a Andreu: el vicepresidente de la Diputació, Josep Maria Cruset. En todo caso, ésta sería una alternativa que también se adaptaría a la conexión de moda: Port-Diputació

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