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Pasado el verano comenzarán a funcionar, de forma piloto, los primeros Consells de Districte de la ciudad que se pondrían en marcha, de forma definitiva, el año que viene. Así lo daba a conocer ayer la concejal de Districtes, Paula Varas después de la primera comisión para informar a los representantes de los distintos partidos políticos sobre esta nueva forma de participación ciudadana.
PSC, CUP y Ciutadans, respondieron ayer mismo con dudas y críticas respecto al modelo que se plantea y a la forma cómo se está desarrollando.
Divididos en cinco distritos
En total habrá cinco distritos: el centro histórico, el eixample, los barrios de Ponent, la zona norte (Sant Pere i Sant Pau i Sant Salvador) y Llevant.
En cada distrito habrá un consejo formado por una treintena de personas. De ellas hasta un máximo de un tercio podrán ser representantes de partidos.
Los miembros de los consejos serán, preferentemente, representantes de entidades sociales de cada barrio, como por ejemplo asociaciones de vecinos, culturales o juveniles.
En este sentido, recordó Varas que en la ciudad hay registradas unas 1.300 entidades, aunque reconoció que hay zonas donde hay menos participación. Así no descartó, por ejemplo, invitar, por sorteo y en base al padrón, a vecinos y vecinas de cada zona.
Para seleccionar los representantes de los consejos, Varas apuesta por que las propias entidades en función de su ámbito las que decidan quién quieren que sea su representante.
Los consejos estarán formados por el pleno, presidencia, vicepresidencia, grupos de trabajo y secretaría. El presidente de cada consejo será el representante del partido político que haya obtenido más votos en el correspondiente distrito, por lo que podrán ser de la oposición.
Las funciones del consejo serán servir de canal de comunicación entre el Ayuntamiento y los vecinos del distrito, hacer seguimiento a las actuaciones municipales, fomentar la colaboración entre barrios, elaborar propuestas de mejora e impulsar la participación ciudadana, entre otros.
En los próximos días se realizarán reuniones con las diferentes asociaciones para presentarles el proyecto.
Varas explicó que los Consells de Districte se encargarán, por ejemplo, de priorizar las actuaciones más necesarias en cada zona. «Es una manera de radicalizar la democracia», aseguraba.
Idea «inmadura»
La concejal de la CUP, Laia Estrada, era una de las primeras en manifestar sus dudas respecto al modelo de distritos propuesto por el Ayuntamiento. Aseguraba que la propuesta no se adecua a la realidad y a las dimensiones de Tarragona.
Señalaba que, además de estar verde, el modelo «jerarquiza y burocratiza la participación ciudadana» y lamentaba que deja fuera entidades que trabajan por la ciudad aunque no tengan NIF.
Los cupaires son más partidarios de una organización en asambleas de barrio y, sobre todo, en contar con unos presupuestos participativos.
Sonia Orts, de Ciutadans, por su parte indicó que los consells no reflejarán la problemática de los diferentes barrios y calificó la propuesta de «pobre y poco trabajada». Aun así, aseguró que darán un voto de confianza, a pesar de advertir que «treinta representantes en un pleno, más técnicos del Ayuntamiento, no será operativo».
Reclamó, además, que los consells dejan, a priori, fuera de la participación a otras entidades y colectivos que no necesariamente están ligadas a un distrito en particular, como asociaciones de mayores, de niños y de mujeres, entre otras.
Finalmente, la portavoz del PSC, Sandra Ramos, tildó de decepcionante la reunión y calificó la propuesta de «fuegos artificiales». Dijo que: «En ocho meses solo nos vienen con un documento preliminar y con las expectativas incumplidas».
Ramos considera que los consejos tendrían que ser de «gestión desconcentrada, pero no se prevé que funcionen como órganos de gestión de los asuntos particulares de la ciudadanía», ni que tengan «competencias administrativas», como tampoco que «gestionen un presupuesto propio diferenciado del Ayuntamiento».
