Dulces y largas colas de apetito

El Gremi de Pastissers presentó la elaboración del Pastís del Braç de Santa Tecla que centenares de personas pudieron degustar en la Plaça de la Font. Los 75 metros de dulce desaparecieron en menos de una hora

19 mayo 2017 21:48 | Actualizado a 22 mayo 2017 13:00
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La gastronomía ocupa un lugar prominente en las fiestas de Santa Tecla y de eso son conscientes los centenares de personas que ayer a las seis de la tarde ya esperaban el momento para degustar una de las raciones del ya tradicional Pastís del Braç de Santa Tecla.

Los más ansiosos llevaban desde las 16 horas haciendo cola para recoger los tíquets que se repartieron dos horas más tarde en el Estand de les Festes del Teatre Tarragona. Gente de todas las edades, hombres y mujeres, niños y niñas, formaban mucho antes de las siete de la tarde, hora programada para dar el inicio a la degustación, cuatro largas colas de espera y de apetito en la Plaça de la Font.

Ni más ni menos que 75 metros de pastel presentado como el típico brazo de gitano de nata formaban las dos mil raciones que los profesionales del Gremi de Pastissers y colaboradores, como representantes políticos locales, repartieron a todos los asistentes. Entre estas porciones se encontraban las 150 aptas para celíacos que no incluían gluten.

Las seis pastelerías que se encargaron del Pastís necesitaron un par de días para tenerlo todo listo para esa especial tarde de tantos y tantos tarraconenses. Los primeros en presentarse a la cola aseguraban que «es una costumbre de Santa Tecla» y que para ellos «es un hecho simbólico e importante».

Los niños tampoco quisieron perderse este acto gastronómico. Uno de los asistentes confesaba que «ellos son el futuro y que si no continúan con las tradiciones, éstas se acabaran perdiendo».

El presidente del Gremi de Pastissers de Tarragona, Josep Roquet, esperaba, antes de dar inicio a la degustación, que se acabase «rápido y todo». Y así fue, a tan solo media hora de haber empezado a repartir raciones, el azul de los manteles cogía el protagonismo en las mesas a la vez que la gente paseaba orgullosamente los platos en sus manos. La Plaça de la Font vivía un ambiente festivo. Las camisetas amarillas de Santa Tecla destacaban entre la multitud y tampoco faltaron las fotos con el Pastís, la mejor manera para recordar el momento.

A un cuarto de hora para llegar a las 20 horas se repartieron los últimos trozos. Algunos coincidían en que «este año el dulce estaba muy bien elaborado». Así, a medida que el cielo empezaba a oscurecer la Plaça quedaba más despejada de gente que se llevaba a casa un buen sabor de boca.

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