El Ayuntamiento de Tarragona reconsidera el proyecto de Tabacalera

El equipo de gobierno asegura que se está reuniendo con diferentes entidades y abre la puerta a que Oppida pueda tener un espacio en este eje dedicado a la cocreación

20 febrero 2020 20:00 | Actualizado a 20 febrero 2020 20:14
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El 28 de febrero de 2019 se daba a conocer el plan funcional de Tabacalera. Faltaban menos de tres meses para las elecciones municipales y el entonces alcalde, Josep Fèlix Ballesteros, quería poner de manifiesto que su gobierno tenía una hoja de ruta para un espacio que en los últimos años se ha degradado a marchas forzadas. El proyecto era ambicioso. Más de 112 millones de euros de inversión, a inyectar en un periodo de diez años, y con el Estado y la Generalitat como principales actores, a pesar de que en la rueda de prensa no había ningún representante de ambas administraciones.

Ocho meses después de asumir la alcaldía, Pau Ricomà y su equipo siguen debatiéndose sobre si este plan funcional va a seguir adelante o se quedará en un cajón, como muchos otros proyectos en esta ciudad. Según confirma el concejal de Patrimoni, Hermán Pinedo, «estamos estudiando las diferentes posibilidades». El edil de En Comú Podem apunta que seguir adelante con este plan funcional «es una opción que no puede desecharse». No obstante, antes quiere escucharse de nuevo todas las entidades y colectivos para determinar qué equipamientos deben ocupar el recinto y la implicación del resto de administraciones para que algún día estos sean una realidad.

Proyectos como la futura biblioteca o la ampliación del Museu Nacional Arqueològic de Tarragona pasan en un primer momento por la recuperación de este espacio. Aunque ahora mismo hay muchos interrogantes encima de la mesa. El ejecutivo contempla que Tabacalera debe ser «un eje social y cultural» de Tarragona. Uno de los puntos en los que han puesto el acento es que el complejo sea un nuevo eje de centralidad que «conecte el centro urbano con los barrios de Ponent». Y a partir de ahí todos los escenarios están encima de la mesa. «Este es un proyecto de ciudad, no a cuatro años sino a muy largo plazo. Por tanto, hay que tener muy claro lo que ponemos y cómo lo hacemos», argumenta Pinedo.

Para el Ayuntamiento, el «punto de partida» es el Centre d’Art, una iniciativa que se presentó a mediados del mes de diciembre y que sitúa en Tabacalera uno de los tres espacios que se retroalimentarán entre ellos. Concretamente, se trata del almacén M6, en el que se ubicará una sala de exposiciones, un espacio de ensayo y salas de coworking artístico. En los presupuestos para este año hay una partida de 150.000 euros para Tabacalera, lo que debe permitir que iniciar los trabajos a corto plazo.

Más allá, la semana que viene está prevista una reunión en la que participará el alcalde, con el concejal de Patrimoni, y los miembros de la plataforma Oppida, que siempre han reivindicado tener cabida en Tabacalera, para poder impulsar un centro de cocreación autogestionado. «Seguimos pensando que el estado de conservación es lamentable y que seguimos teniendo necesidades de espacios», argumenta Mònica López. El colectivo, que representa a una treintena de asociaciones, bajó la intensidad de su reivindicación cuando quedaron fuera del plan funcional que se presentó. Ahora se ha reactivado de nuevo. Y ya se ha reunido en una ocasión con la teniente de alcalde, Carla Aguilar, y otra con el concejal Pinedo. «Lo que pedimos es que si realmente está todo cerrado nos cedan el M6, que es lo que pedíamos o, si allí quieren poner el Centre d’Art, cualquier otra zona», explica López.

El sitio «correcto»

Oppida asegura que durante estos meses en los que ha estado en silencio no ha dejado de trabajar para que su demanda pueda ser una realidad. Han estado informándose sobre proyectos similares en otras ciudades y los términos en los que se han llevado los acuerdos, para que tengan todos los elementos de cara a la futura reunión con los representantes municipales. Su intención es que estas conversaciones acaben con la cesión de un espacio de entre 1.000 y 2.000 metros cuadrados, que pueda activarse por fases. Y, aunque la lista de preferencias la encabezan las naves de Tabacalera, no cierran la puerta a que se contemplen otras posibilidades. «Creemos que este es el sitio correcto, pero no estamos cerrados a nada», argumentaba López.

Pinedo avanza que, desde el Ayuntamiento, se escuchará la petición y que «es una decisión que debe tomar el gobierno y ser consensuada para ver si podemos incorporarlo y que sea viable». De hecho, este último aspecto es un elemento sobre el que el concejal de Patrimoni insiste que será determinante. «O nos lo tomamos muy en serio o repetimos lo que se ha hecho antes, y esto es un error», dice. Este hace un paralelismo con las obras de mejora del Amfiteatre. «Prefiero tenerlo cerrado un año pero que quede para cincuenta años que correr para quedar bien delante de la gente y me olvido. Estas cosas es mejora pensarlas», argumenta.

El ejecutivo asegura que hay varias reuniones para ir concretando el futuro de este equipamiento. El objetivo es que a lo largo de este año quede definido para poder ir atacando las mejoras necesaria de forma progresiva. Otra de las entidades con las que se hablará la semana que viene es la Reial Societat Arqueològica Tarraconense (RSAT). «La prioridad siempre ha estado que pueda garantizarse que tengamos un Museu Nacional Arqueològic de categoría y con todos los medios», indica el presidente de esta entidad, Joan Vianney Maria Arbeloa.

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