El asesinato de la joven Meritxell Vall está listo para ser juzgado

Un jurado popular se encargará de juzgar el crimen y la vista oral podría tener lugar a finales de este año

19 mayo 2017 16:49 | Actualizado a 19 mayo 2017 16:49
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El juez instructor del asesinato de la joven Meritxell Vall hace aproximadamente catorce meses en un descampado de la zona de la Budallera de Tarragona ha concluido la investigación, por lo que el caso está listo para ser juzgado en la Audiencia de Tarragona con un jurado popular –después de que fiscal y defensa presenten sus escritos de calificación–, posiblemente antes de acabar el año. El magistrado considera que las pruebas apuntan hacia el único detenido por el caso, Stanislav R., que está en prisión preventiva.

El auto del Juzgado de Instrucción número 1 de Tarragona realiza un relato de cómo se han ido sucediendo los hechos desde el hallazgo del cadáver hasta el momento actual. No hay ninguna prueba clave incriminatoria contra el acusado, pero sí una serie de indicios así como contradicciones entre las pruebas y lo declarado por él en el Juzgado. El magistrado va desgranando los indicios en un auto de cuatro páginas.

El cuerpo de Meritxell, de 32 años, fue encontrado por un familiar directo a las 19.05 del 17 de octubre de 2015 en un descampado situado en el Camí de la Budallera, cerca de la estación de la ITV. En la zona había de tres tiendas de campaña.

Inspección ocular

Al día siguiente, con la luz del día, se realizó la inspección ocupar por parte de la Unitat Territorial de la Policia Científica de los Mossos d’Esquadra. Paralelamente, dos médicos forenses realizaron la autopsia al cadáver. Ésta confirmó las sospechas que se tenían desde un primer momento: la muerte de Meritxell tuvo un origen violento. El cadáver presentaba diversas heridas de arma blanca en la espalda, brazos y parte cervical de la cabeza.

La víctima estaba desnuda y sobresalía de una de las tiendas del campamento. A unos cinco metros del lugar en el que apareció el cuerpo se encontraron los pantalones, parte de la zona interior y las zapatillas de la víctima. Y a unos dos metros estaba un top blanco.

Cerca del lugar donde se encontraba el pantalón se localizó una zona de unos cuatro metros cuadrados donde la pinaza y la tierra estaban removidas. Además, apareció la rama de un árbol rota. Ello, según el magistrado Joaquín Elías Gadea, «hace presumir que en aquel lugar se podía haber producido algún tipo de pelea o agresión». Y precisamente en este punto se descubrió un teléfono móvil parcialmente cubierto de pinaza y tierra, que posteriormente los investigadores determinaron que era propiedad del detenido.

Las investigaciones realizadas han permitido fijar el momento de la muerte entre la noche del día 9 y la madrugada del día 10. En este sentido, el sábado 9, a las 20.55, horas se vio a la víctima entrar en un supermercado de la calle Josep Carner. Después de comprar unos objetos, salió a las 21 horas, tal como se ha podido ver a través de la grabación de las cámaras de seguridad del establecimiento.

Contactos familiares

La víctima mantenía una comunicación fluida con familiares y amigos. El mismo día 9 por la mañana contactó con algunos amigos. Mantuvo comunicaciones hasta las 23.32 horas. La última conexión de datos de su teléfono se produjo a las 2.50 horas del domingo, momento a partir del cual cesa toda actividad del teléfono.

Desde que se conoció que Stanislav R. era el titular del teléfono hallado en el lugar del crimen se convirtió en el principal sospechoso de la investigación. Ésta, las declaraciones de testigos y sobretodo la información facilitada por la compañía telefónica han permitido atribuir al investigado el uso de la línea.

En las uñas de la víctima se encontraron hasta once pelos, de los que no se pudo obtener ADN. Sí que se puede comprobar que siete de ellos son de una persona rubia, siendo otros cuatro de pigmentación escasa. Se da la circunstancia de que el investigado es de rasgos caucásicos y pelo rubio, con lo que podrían ser del mismo.

Aspectos exculpatorios

El juez instructor reconoce en su auto que hay otros aspectos que podrían considerarse exculpatorios. Uno es que en el análisis de las muestras recogidas en la autopsia correspondientes a las partes íntimas de la víctima, y que fueron analizados por el Instituto Nacional de Toxicología, no se detectó la presencia de restos de semen.

Por otra parte, a unos diez metros del lugar en el que se produjeron los hechos se encontró una zapatilla tipo botín deportiva de la marca Nike idéntica a otra que en la declaración judicial el imputado reconoció como suya en una fotografía que le fue mostrada. Estas zapatillas tenían restos de sangre, si bien de los análisis hechos no ha sido posible vincular dichos restos orgánicos ni con la víctima ni con el investigado.

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