El asesino confeso de su mujer en la Pobla de Mafumet dice que tomó drogas

El fiscal eleva su petición a 23 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento
 

21 septiembre 2018 08:31 | Actualizado a 25 septiembre 2018 11:34
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El asesino confeso de su mujer en La Pobla de Mafumet en 2016 aseguró ayer en la Audiencia de Tarragona que el día del crimen consumió una gran cantidad de alcohol y drogas. Muy emocionado, Francisco Javier Mora relató que los estupefacientes le produjeron «paranoia» y una sensación «muy extraña», y dijo no recordar nada más.  

El procesado, que sólo respondió a las preguntas de su abogado, relató ante el jurado popular lo que hizo durante las horas previas al crimen, el 17 de diciembre del 2016. Según explicó, durante la mañana estuvo trabajando y luego fue a comprar «unos ocho o diez gramos de cocaína para las fiestas de Navidad».

A continuación, fue a comer con su mujer a un restaurante y más tarde compraron alimentos y bebidas alcohólicas en un supermercado. Mora añadió que, al llegar a casa, se fue a la buhardilla con una botella de whisky, una bolsa de hielo, la cocaína que había comprado y varias pastillas. Aseguró que la droga le provocó «sudores, paranoia y una sensación muy extraña».

Ante esta situación, tomó media docena de pastillas para dormir «para contrarrestar la taquicardia» y bajó «endemoniado, muy alterado y muy mal». Sobre los hechos ocurridos después, Mora se limitó a decir que no recuerda nada más.

Luego «decidió coger el coche y sacar a la hija de la mujer –menor de edad– del piso para que no viera a su madre muerta». Explicó que llegó a la comisaría con «miedo» y dijo a los mossos «creo que he matado a mi mujer», por lo que fue detenido.

El Ministerio Fiscal apuntó que el acusado, «aprovechando que la mujer se encontraba en el baño desprevenida, de espaldas y actuando con intención de matar», le propinó una veintena de cuchilladas» con la intención de aumentar su dolor.

Según el ministerio público, los hechos son constitutivos de un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, por los que pide 23 años de cárcel –dos más de los que solicitaba en las conclusiones provisionales–.

Por su parte, las acusaciones particulares mantienen la petición de 25 años de prisión por asesinato, mientras que la defensa solicita siete años y medio de prisión por un delito de homicidio, con las atenuantes de adición grave a sustancias estupefacientes y de confesión. 

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