El coronavirus parece cosa del pasado en las playas tarraconenses

Los bañistas intentan mantener la distancia de seguridad, pero lo cierto es que da la sensación de normalidad

14 junio 2020 17:50 | Actualizado a 14 junio 2020 18:23
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Las playas de Barcelona han acaparado el protagonismo durante este pasado fin de semana. En plena pandemia mundial se ha visto con una aglomeración excesiva de gente que ha tenido como resultado el cierre de cuatro playas. Una irresponsabilidad mayúscula, puesto que el coronavirus sigue presente. Con este contexto en mente amaneció Tarragona y sus playas.

Un servidor acudió ayer por la mañana a la playa de l’Arrabassada. Lo hizo con el objetivo de comprobar de primera mano si el descontrol y el caos reinan en la arena tarraconense visitando una de sus playas más concurridas. He de decir que me sorprendió la normalidad que se respira en la arena. Allí da la sensación de que el coronavirus fue una pandemia mundial del pasado. La playa tarraconense presentaba bastante gente, pero también lo es que un gran porcentaje de bañistas intentaban respetabar las normas implantadas. En algunas zonas de la playa esto se conseguía, pero lo cierto es que en los laterales de L’Arrabassada era difícil poder asegurar que se guardaba la distancia de seguridad de dos metros.

«Me parece que la gente está respetando bastante las normas. Es cierto que hay muchos bañistas, pero ni mucho menos la playa presenta un aspecto caótico», explica Adrián, un joven tarraconense que ha decidido pasar la mañana en la playa junto con un amigo. «A mí lo que me sorprende es que no veo mascarillas por ningún lado», asegura Joan.

Están en lo cierto. En L’Arrabassada hay mucha gente, pero reina el control. La mayoría de bañistas respetan la distancia de seguridad de dos metros. Por si acaso no lo hicieran, un coche de protección civil alerta por megafonía y por toda la playa y de manera constante la importancia de seguir las normas. Hacen hincapié sobre todo en el tema de la distancia de seguridad de dos metros y en la franja de seguridad con la primera línea de mar.

Justo al lado de esta pareja de amigos se encuentran varios socorristas realizando diversos ejercicios de entrenamientos. A partir del 16 de junio su presencia en las playas tarraconenses será diaria y no solo durante los fines de semana como ha ocurrido hasta ayer.

Dos metros de distancia

El hecho de que reine la distancia en la mayoría de zonas de la playa entre las de toallas provoca que la sensación de aglomeración sea más importante de lo que en realidad es. «Hemos marcado una redonda de dos metros en la arena para mantener la distancia. Tenemos claro que no queremos contagiarnos y no nos fiamos del virus», explica Isabel, que ha venido junto a su hija y su madre.

«La gente está separada, mantiene la distancia, en el agua si ven que están cerca de ti se alejan...», estos son los grandes cambios que ha visto Santi en la playa. Además, hay otro síntoma que le permite vislumbrar que el coronavirus sigue presente: «La gente viene a pasar menos rato, ya que no ves tantas neveras como antes».

El detalle de que las duchas y baños estén cerrados también llama la atención a los bañistas. «El hecho de que no se puedan utilizar las duchas también es uno de los grandes cambios que he notad este año», concluye la vecina de Vila-seca.

En otra de las playas de Tarragona, la Llarga, uno de los bañistas tiene una visión distinta de la actitud de los bañistas en la playa y comenta que la normalidad reina en el ambiente: «Si me dicen que estábamos a 14 de junio de 2019, me lo creería perfectamente». A lo que añade: «Solo he visto a una persona con mascarilla. La gente sale y entra del agua y es cierto que las toallas no están pegadas, pero no sabría decirte si se mantiene la distancia de seguridad».

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