El debut del alcalde y el arzobispo en El Braç de Santa Tecla

Emoción y masivo seguimiento popular en el recorrido de la procesión de la reliquia, llegada a la ciudad en 1321 y custodiada en la Catedral

23 septiembre 2019 19:40 | Actualizado a 23 septiembre 2019 20:33
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Tecla, originaria de una ciudad del sur de Turquía llamada Iconio, fue la primera mujer mártir que se conoce por convertiste al cristianismo. Era discípulo de Sant Pau, quien vino a Tarraco a practicar el evangelio. Tecla le acompañó en su cruzada.

El brazo de la santa llegó a la ciudad en el año 1321, desde Armenia y en procesión. En la actualidad, está custodiado en la Catedral de Tarragona. Y hoy, como cada 23 de septiembre, las fiestas vivieron su punto álgido con la procesión del Braç de Santa Tecla. Emoción en estado puro.

Que se lo digan a Montse Gil. Esta joven de 30 años fue una de escogidas para llevar la reliquia. Los afortunados son siempre miembros de las congregaciones de la Setmana Santa de la ciudad, que se lo van turnando.

Cada año, cuatro agrupaciones. Gil es de La Salle y por fin ayer llegó su hora. «Hacía tiempo que quería llevar el brazo. Para mí es muy especial, porque mi abuela se llamaba Tecla. Ya lo daba por imposible, pero hace unas semanas, el presidente de la congregación lo propuso en junta. No me lo pensé, era mi oportunidad», explicaba Gil, quien confesaba minutos antes de empezar la procesión que «no he estado nerviosa en todo el día, pero ahora que tengo el brazo delante...».

Quien son fijos al frente de la reliquia son Xavier Sabat y Josep Maria Ayala –este último es el conductor de la peana–. Sabat es tarraconense, pero lleva años viviendo en Andorra. Pero cada 23 de septiembre vuelve a su ciudad.

Tiene una tarea importante: continuar con el legado de su padre. «Para mí es un orgullo y un placer. Hace 19 años que llevo el brazo. Es una fecha grabada en el calendario, y mis jefes también lo saben», comentaba Sabat, quien reconocía que ya está convenciendo a sus hijos para que no continúen con la tradición.

El brazo estuvo horas en el crucero de la Catedral, siendo objeto de miles de fotografías. Llevaba joyas de oro –reloj y anillos– que han obsequiado personas anónimas por una promesa o por simple devoción. Veinte minutos más tarde de lo previsto, los seis protagonistas se hacían con él.

Primeras veces

La procesión de este lunes ha sido la primera para las dos principales autoridades de la ciudad. El alcalde y el arzobispo se estrenaban. Sus sensaciones antes de salir era buenas. «Estoy contento, he notado el cariño de la gente. Pero debo reconocer que han sido unas fiestas un tanto especiales. Hace pocos días, falleció mi madre y, quieras o no, he pensado mucho en ella», decía el alcalde Pau Ricomà.

Sin ninguna duda, la procesión del Braç de Santa Tecla contó con dos momentos destacados. El primero es el saludo que el arzobispo brinda a los miembros de Festa per a tothom, que esperaban impacientes en la esquina de la Colla Jove. El segundo fue la entrada de la reliquia a la Catedral. Es el clímax de diez días continuados de fiestas. 

Y este martes, ya faltan 365 días para que L’Àliga vuelva a bailar un Amparito Roca en la Plaça de la Font, para que el Bou escupa fuego y la Cucafera caramelos, y para que Els 7 Pecats Capitals sigan discutiendo sobre el mal y el bien. Las Festes de Santa Tecla llegan casi a su fin, esperando el septiembre próximo.  

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